Un colegio confisca las PlayStation 4 de sus alumnos

Un colegio de Londres ha llamado la atención de propios y extraños con su polémica nueva medida. En época escolar, la King Soloman Academy llega a confiscar los teléfonos móviles y consolas de videojuegos de todos sus alumnos, incluso aunque no los lleven a clase. En palabras de uno de los profesionales de este colegio, varios padres piden a la propia escuela que les confisquen todos los aparatos electrónicos a sus hijos, incluso en ocasiones algunos padres llegan a llevarlos a la escuela para evitar que sus hijos disfruten de ellos.

La cuestión parece ser que apartando a los jóvenes de las nuevas tecnologías, se ha logrado mejorar notablemente el rendimiento académico de los alumnos, algo que tiene una explicación más sencilla de lo que podría parecer. Mientras disponen de todo tipo de aparatos en casa, como bien son los móviles o la PlayStation 4, los niños pierden muchas horas de sueño debido a una falta de disciplina. Muchos se quedaban jugando hasta bien entrada la noche, lo cual afecta directamente al número de horas de sueño que un niño debe dormir.

Con esto presente, parece evidente el hecho de que en casa, estos niños gozarían de una exagerada libertad para jugar a sus consolas por semana, e incluso hacerlo por la noche; de no ser, obviamente, por el método de la escuela anglosajona, el cual parece lograr unos buenos resultados de cara a las evaluaciones académicas. Sin ir más lejos, en 2015 este colegio logró los mejores resultados de Inglaterra.

El colegio, una segunda familia

Para la King Soloman Academy, el colegio representa una especie de segunda familia, el lugar en donde después de casa, pasan más tiempo a lo largo del año. Esto ha llevado al colegio inglés a tener una mayor relación con los padres, llegando a proponerse ideas poco comunes en otro tipo de colegios.

Anteriormente, esta escuela llevó a cabo otras medidas atípicas, como tener un día escolar con más horas que el resto de días o el envío de mensajes de texto a los padres para informar que sus hijos no han hecho las tareas. Esta interacción entre padres y profesores consigue que los problemas se resuelvan con mayor facilidad, algo muy importante en edades tempranas. Sin embargo, estas medidas también suponen cierta polémica, pues los más jóvenes también deben ajustarse a una serie de condiciones que les privan de cierta libertad.

Las consolas no son el problema

Cuando se toman este tipo de medidas por parte de padres y profesorado, hay que tener en cuenta una cosa: el problema no está en los videojuegos, sino en los excesos. Los horarios de sueño de los más jóvenes son muy importantes, y si estos no dejan de ver pantallas durante todo el día, las horas de sueño se reducirán.

Expertos en la materia han alertado del problema, las luces azules de las pantallas desvelan y retrasan cierto tiempo nuestro sueño. Este hecho evidencia que incluso en las propias aulas, los jóvenes podrían estar perdiendo tiempo de sueño al mirar a una pizarra digital o a un ordenador, algo que de momento no parece preocupar tanto como que jueguen a videojuegos.