¿Cuántas horas debemos jugar a videojuegos? ¿Qué recomiendan los expertos?

Los videojuegos son a día de hoy uno de los mercados que más millones de dólares general. Por encima del cine o la música, no cabe duda de que el sector está cada vez más presente en nuestras vidas, y no precisamente como hace 25 años en el que una consola se convertía en el único dispositivo capaz de ofrecernos la posibilidad de viajar y vivir aventuras imposibles. Los móviles, dispositivo asentado ya incluso entre los más jóvenes de la casa, se han hecho también con el monopolio de los videojuegos. Las compañías, conscientes de este hecho, han dado el salto de los tradicionales mandos a los móviles. ¿El motivo? Fácil. Si somos capaces de desarrollar un videojuego que esté presente día sí y día también en las manos del usuario, ¿por qué no hacerlo?

Sea como fuere, en consola, móvil o portátil, los videojuegos han pasado la barrera de ocio electrónico que tuvieran hace dos décadas. Ahora la pregunta que se hacen muchos padres y profesores es: Con la posibilidad de llegar de forma rápida y sencilla a los más jóvenes - y no tan jóvenes - ¿qué tiempo es el apropiado para invertir en videojuegos?

El estudio desarrollado por un equipo del Centro de Investigación Biomédica en Red realizó un completo análisis de cómo los videojuegos pueden convertirse en un elemento beneficioso - pero también arriesgado - para los niños. Para ello, se llevó a cabo un análisis que tuvo como protagonistas a nada más y nada menos que un total de 2.442 niños de entre 7 y 11 años.

Salta a la vista, y este es un elemento del que hemos hablado en varias ocasiones en Defconplay, que jugar a videojuegos nos ayuda a mejorar nuestros reflejos, asimilar más rápido la información, capacidad lectora e incluso en asignaturas como matemáticas. Este hecho quedó probado en el estudio con aquellos niños que eran capaces de invertir unas pocas horas a la semana.

No obstante, el caso contrario se daba en los alumnos que, empleando más de 9 horas en videojuegos, demostraron tener dificultades en términos de trastornos del sueño o hasta de problemas de conducta.

El estudio deja bien claro que los videojuegos pueden convertirse en un refugio para aquellos niños que ya presenten problemas de este tipo, como por ejemplo a la hora de socializar, pero también indica que un excesivo número de horas invertidas frente a la pantalla puede potenciar aún más estos factores o cambiar otros que, de otra manera, no estuvieran presentes.

“Lo bueno, si breve, dos veces bueno”, dice el refrán. Una sentencia que posiblemente podríamos aplicar a los videojuegos. Y es que toda adicción, sea a lo que sea, no es positiva. Ya seas adulto, un niño o un padre que quiere el mejor equilibrio entre videojuegos/tiempo invertido en ellos para su hijo, éstos pueden ser una herramienta perfecta para mejorar nuestras habilidades, hacernos pasar un buen rato, pero siempre con moderación.