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PERSONALIDADES ILUSTRES DEL VIDEOJUEGO

Hironobu Sakaguchi, el maestro del rol japonés

Hablar de esos grandes maestros del videojuego es tener que hacer mención más tarde o más temprano a Hironobu Sakaguchi. El japonés es el genio cuando se habla de los JRPG y bajo su firma nació una saga por todos conocida como es Final Fantasy. Responsable de todos los juegos de la franquicia hasta FF X, su adiós a Square se tradujo en la fundación de Mistwalker, con el que ha creado títulos como Lost Odyssey y The Last Story.

Hironobu Sakaguchi

agencias Hironobu Sakaguchi

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Cuando uno se pone a repasar a los grandes nombres que nos ha dejado y nos deja día tras día y juego tras juego la industria videoconsolera es inevitable mencionar al gran maestro del JRPG. Al gran maestro de un género que sí, que ahora está o puede estar de capa caída, pero que antaño fue uno de los más importantes tanto en oriente como en occidente. Tan importante era que un simple juego, una fantasía final nacida de su cabeza, pudo salvar a una compañía. Estamos hablando ni más ni menos que de Hironobu Sakaguchi.

Nadie le habría dicho ni a él ni a Masafumi Miyamoto cuando en 1983 fundaron Square que tendrían a la repercusión que tienen pasados ya 31 años del nacimiento de la compañía. Tras unos primeros juego muy poco exitosos que llevaron a los nipones a estar cerca del cierre, de la cabeza de Sakaguchi nació la idea de ofrecer al usuario que había confiado en ellos su último juego. Su fantasía final.

Final Fantasy, su momento había llegado
Sería 1987 el año que marcaría su carrera. Fue ahí cuando, con Square en plena quiebra y viendo llegar sus últimos días, él y su equipo decidió dar cuerpo a su juego de despedida. A aquel que sería el adiós de la compañía... un adiós que a día de hoy todavía no ha llegado. Y no llegó porque ese juego, ese título que se creó para el final de todo resultó ser el comienzo de una de las más exitosas franquicias de todos los tiempos.

Final Fantasy llegó, y Final Fantasy llegó para quedarse. Su juego seguía los cánones de los grandes de los JRPG, con batallas por turnos y con un inmenso mapa que explorar. Su éxito fue total, tan grande fue que no tardó en llegar su segunda parte, mejorando todo lo que ofrecía la primera, y una tercera entrega espectacular que supondría el verdadero inicio del camino de una saga que no conoce límites.

A partir de ahí todo fue un subidón total. El Final Fantasy IV, con Cecil y compañía, se convirtió automáticamente en uno de los mejores juegos del momento. Con historias individualizadas para cada personaje, el concepto de carisma y personalidad comenzaba a crearse. Comenzaba a nacer, con esta entrega, con la quinta y con la espectacular sexta, la historia del juego que marcaría un antes y un después. Porque Terra fue quien dio paso a Cloud, quien dejó el camino sembrado para que Final Fantasy VII recogiera los frutos y para que llevara el JRPG a occidente.

Una trilogía mágica
Sería ya en PlayStation, tras la negativa de Nintendo a usar CD como formato y el cabreo monumental de Square. Sería ahí, en la 32 bits de Sony, donde la saga 'dejó' Japón para conquistar el mundo. Su carta de presentación fue la séptima sinfonía de Square y de Sakaguchi, una melodía perfecta con todas las notas clavadas que se ha convertido en un auténtico clásico. En uno de los mejores juegos de toda la historia y en uno de esos que es imposible de olvidar.

Las pinceladas del maestro del JRPG en cada ciudad, en cada escenario, en cada rasgo de los inolvidables personajes que poblaban el juego hicieron entrar a Final Fantasy VII en la leyenda, a ser el juego con el que se compara, por más que duela comparar, a toda nueva entrega de la franquicia que hace su aparición. Es como Ocarina of Time a Zelda, como MGS 3 a Metal Gear. Es el 'juego' de rol japonés... 

Y eso que FF VII y FF IX fueron grandes obras maestras, pero el VII fue mejor. Con Squall al mando de una historia en la que la auténtica protagonista de todo era Rinoa, los Seeds y su pelea contra las brujas, con ese minijuego de cartas maravilloso y adictivo, supuso un salto gráfico bestial con respecto a la séptima entrega. Y Yitán, Vivi y Garnett, en ese mundo mágico de aspecto medieval, cerraron una trilogía perfecta en PSOne.

Adiós Square; hola Mistwalker
Sería ese su penúltimo juego bajo el sello de Square. El último aparecería ya para PS2, cuando puso su firma en Final Fantasy X. Un Final Fantasy diferente, un FF que o te enamora o no te dice nada. Un FF que dejó atrás el mapamundi para ofrecer una historia más cerrada, que no por ello peor, que los tres grandes clásicos para PSOne. Tras poner su nombre en la aventura de Tidus y Yuna, y en su cuestionable segunda entrega, Sakaguchi dijo adiós a Square, en gran parte por estar en contra de su fusión con Enix, y comenzó su andadura en 'solitario'.

Si la prueba de valía de un hombre se mide en qué pasa con una saga cuando la deja, lo cierto es que Sakaguchi ha puesto el listón tan alto que ningún Final Fantasy posterior a su marcha ha sido capaz de superar a ninguna de sus obras. Por suerte, dejar Square no significó dejar de disfrutar de sus juegos, y con Mistwalker ha dejado ya grandes joyas.

La primera fue Blue Dragon, un juego con aspecto cel shading que apareció sólo para Xbox 360. Se notaba su sello, y también el de Akira Toriyaman. Pero donde más se notó su labor fue en Lost Odyssey, para muchos el juego que debía haber sido Final Fantasy XII. Un maravilloso título JRPG, hecho por y para el público nipón con el objetivo de aumentar las ventas de la máquina de Microsoft. No lo logró, pero lo cierto es que la crítica y el público aplaudió con ganas a uno de los últimos grandes del género.

Tras su paso por Xbox 360, con ese par de joyas, su siguiente labor fue para Wii, donde dejó el que es uno de los más grandes títulos de la consola. Con un nombre que ya sugería que el juego era suyo, The Last Story supo sacar partido de todas las virtudes de la máquina de Nintendo para ofrecer una experiencia JRPG que innovaba con respecto a los clásicos. Sin turnos y con combates activos, fue uno de los últimos grandes juegos que vio aparecer la consola de los de Kyoto.

Móviles, su futuro más próximo
Hace ya dos años y medio de eso, desde que The Last Story maravillara al buen jugón y desde que Sakaguchi firmara su última gran obra. Muchos había expectantes cuando se anunció que ya estaba trabajando en algo nuevo, y muchos de ellos se pudieron sentir algo defraudados cuando se dijo que dicho juego sería para dispositivos móviles. Sin embargo, no hay que preocuparse, a buen seguro volverá a firmar un gran JRPG para consola. Al fin y al cabo lleva el rol en la sangre.

Y no sólo por Final Fantasy, sino también por auténticas maravillas en las que estuvo involucrado. En las dos entregas de Parasity Eve dejó su sello, y también en Super Mario RPG: Legend of the Seven Stars, en el que fue productor junto a Miyamoto. Pero para maravilla, para obra maestra, Chrono Trigger. No será tan comercial como FF VII, pero la aventura que se sacó de la manga y en la que trabajaron otros genios como Akira Toriyama y Nobuo Uematsu bien puede ocupar el trono del JRPG.

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