BIMBA Y LA PINTURA

BIMBA Y LA PINTURA

DESARROLLO DE LA CREATIVIDAD PINTANDO

Bimba, dibujando
Bimba, dibujando | NK

Bimba siempre había tenido muchas cosas en la cabeza, era capaz de crear historias y mundos. Tenía tanta creatividad que Ojó a veces le gastaba demasiadas bromas. Cuando Bimba tenía una nueva idea iba corriendo a contársela a o todos, a Mr. Plinton, a Galaxio y por supuesto a Ojó.

Pero siempre había querido hacer real todo aquello que su mente imaginaba. Un día Mr. Plinton le regaló unas pinturas de colores. Bimba no había tenido una caja de pinturas tan bonitas como aquellas, y le preocupaba no saber dibujar. Mr. Plinton la animó tanto a que intentara dejar en papel todo lo que pasaba por su cabeza que Bimba accedió.

Al principio le costó un poco, aunque Ojó la ayudó mientras correteaba a su alrededor. Bimba tenía un poco de vergüenza, pero gracias a que Ojó la hacía reír comenzó a relajarse y a modo de juego, sin intentar hacerlo todo perfecto empezó a dibujar. Quería saber qué ocurriría si pintaba lo que se le ocurriera. Cuando Mr. Plinton les animaba a ella, a Ojó, o a Galaxio a hacer algo, sabían que detrás de ello había algo que aprender.

Mientras pintaba le iba enseñando los colores a Ojó, y entonces empezó a ocurrir algo mágico. Cuanto más pintaba más ideas tenía. Y cuantas más ideas tenía, más contenta estaba y más animada a continuar se sentía. Entonces comenzaron a aparecer dibujos preciosos, mucho más incluso que lo que veía en su cabeza. Bimba por fin había perdido la vergüenza. Hizo unos cuantos dibujos para sus amigos Mr. plinton, Ojó, y Galaxio. Pintó la guitarra de Galaxio, un campo verde a Ojó para que pudiera correr y saltar en libertad, y una bici increíble para que Mr. plinton pudiera salir los fines de semana.

Entonces, entendió cuál era el aprendizaje: pintar, usar colores, sin preocuparse por hacerlo mal o bien. Eso le daba seguridad. También se dio cuenta que cuando pintaba algo que le preocupaba suponía una forma de desahogo que provocaba que todo se solucionaba en cuanto lo dejaba plasmado en aquellos papeles con sus pinturas de colores.

Mr. Plinton tenía razón, dibujar era increíble. Hasta tal punto de que un día se dio cuenta que pintar le hacía ordenar las ideas en su cabeza. Era una forma de poner orden en su pequeña cabecita. Cuando le costaba contar algo a Mr. Plinton, Galaxio o Ojó, lo dibujaba y así ellos la entendían mejor. Era otra forma de expresarse y a sus amigos le encantaba.

Pintar era maravilloso, seguro que si seguía practicando conseguiría, que todo lo que pintara, se hiciera realidad.

Estela Baz | Madrid | 23/10/2017

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