Emilio quiere ser artista y para eso tiene que cumplir con su particular lista. Uno de los puntos es ser excentrico, así se lo demostrará a Onofre y a medio museo.

Jaime Walter sigue con sus trapicheos, esta vez le llega a su despacho un sillón de hidromasaje, pero será un error de envio. La persona a la que le corresponde ese sillón quiere conseguilo a toda costa.

Por otro lado Miss Coconut llama a Jaime para felicitarle por conseguir la exposición de un cuadro en el museo. Cuando cuelga, la dueña del museo está cenando con un pobre.