TERRORÍFICA CIUDAD
Los buzones pueden ser terroríficos y estas imágenes lo demuestran
Si bien estas imágenes pueden llegar a resultar nostálgicas para muchos, también pueden dar motivos suficientes para tener una noche plagada de pesadillas.
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Son muchos los lugares en Japón que nos pueden hacer soñar con el día en el que podamos viajar a este gran país. Su cultura, sus propuestas e incluso sus maravillosas fotos que pueden llegar a dejarnos sin palabras. Todo tipo de opciones que nos transmiten buenas sensaciones. Pero, ¿alguna vez habías llegado a imaginarte que Japón fuese capaz de transmitir la sensación de estar aterrado?
Esto es lo que muchos sienten al echar un vistazo a la Prefectura de Saitama, exactamente en Ogose. Este pequeño pueblo nos hace disfrutar con sus zonas rurales, pero también ofrece una experiencia única y aterradora. Todo debido a que en este lugar hay una casa que ha decidido decorar la zona de forma un tanto peculiar: con una hilera de buzones que ya están fuera de servicio.
Si bien puede parecer que esto tiene muy poco de aterrador, el hecho de que sus dueños hayan optado por pintar estos en rojo al estilo de la vieja escuela al igual que el tipo de buzón y estado hacen que sea un tanto incómodo mirarlos sin miedo. De hecho, no existe ningún tipo de motivo que nos ayude a saber porqué se han decantado por este tipo de decorado.
Como bien indican todos aquellos usuarios que no han podido evitar fijar su atención en estos, no existe ningún tipo de costumbre ni en Japón ni en la zona para que hayan optado por este tipo de buzones. Simplemente parece ser algo que se antojó a los dueños para poder dar un enfoque totalmente distinto a la zona. De tal forma que tenemos ante nosotros la posibilidad de ver hasta 16 buzones de correo alineados.
Eso sí, la curiosidad más grande se encuentra en que esta propiedad pertenece a una empresa de construcción local que posee varias propiedades en la ciudad con sus propias marcas. Y es que cada zona tiene su peculiaridad propia, como un edificio con un techo de coche oxidado. Y es que, para los empleados de esta empresa, parece ser hasta algo bastante normal.
De hecho, si ellos tienen que hablar de la peculiaridad de la zona, afirman que es que a su jefe le gustan este tipo de elementos. Por ello, parece que tiene una peculiar forma de aprovechar las cosas y convertirlas en un objeto totalmente útil o, al menos, capaz de decorar, aunque para algunos pueda darles hasta escalofríos. Pero está claro que es su forma de decorar el mundo y, sobre todo, sus terrenos.
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