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TURISMO EN JAPÓN

El muro de Juego de Tronos existe y puedes encontrarlo en este país

En uno de los países más visitados del mundo puedes encontrar muros de hielo de hasta 20 metros de altura, lo más parecido a Juego de Tronos.

En más de una ocasión os hemos hablado de zonas turísticas muy interesantes de Japón, país que muchos turistas visitan por su afición a los videojuegos, el manga o el anime. El país del sol naciente es cuna de muchos medios de entretenimiento y hay barrios dedicados únicamente a videojuegos, máquinas recreativas, venta de consolas clásicas, etc. Pero Japón es mucho más grande y no sólo debemos quedarnos en las grandes ciudades cuando visitamos este país.

De hecho, si planificamos un viaje por Japón más generalista, podremos encontrarnos cosas tan interesantes como paisajes que sólo creíamos posible en obras de ficción como videojuegos, series de televisión o películas. Por ejemplo, el gran muro de Juego de Tronos que separa el Norte con el pueblo salvaje y los Caminantes Blancos, puede encontrarse -en una versión algo más reducida- en Japón.

Los muros de nieve gigantes de Japón

Es prácticamente imposible no conocer el gran muro de hielo de la franquicia Juego de Tronos. Si no lo has visto en la serie de televisión, seguro que los has podido ver en uno de los videojuegos de la licencia, imágenes o póster de la serie. Incluso navegando por Internet, ya que es uno de los elementos más importantes del mundo de Juego de Tronos y de temporadas como la séptima.

 

Aunque no podemos compararlo en altura, en Japón podemos encontrar todos los años una imagen muy parecida. Tateyama Kurobe es una famosa ruta turística japonesa conocida por mostrar a los turistas muros de hielo de hasta 20 metros de altura. Y es que en Japón hay zonas en donde la nieve se acumula de forma impresionante durante las épocas más frías del año. Esta carretera se encuentra entre las localidades de Tateyama y Ogizawa, en los Alpes japoneses, al oeste de Nagano.

Todos los años los japoneses están continuamente limpiando la carretera con máquinas quitanieves y excavadoras. Esto provoca que en pocos días los bordes de la carretera se levanten con respecto al asfalto, llegando a acumularse nieve formando muros de hasta 20 metros de altura. El frío y los trabajos de mantenimiento evitan que las paredes se vengan abajo, pudiendo recorrerlas a pie o en vehículo.

 

Por motivos de seguridad, estos grandes muros de hielo no siempre son accesibles, y la ruta es también conocida en otras épocas del año, como el verano, por sus grandes paisajes.