FANS DE LOS GATOS
Este truco para que tu gato no moleste mientras usas el PC es realmente efectivo
Un usuario japonés ha encontrado la solución perfecta para que el gato no le moleste mientras está usando el ordenador.
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Los gatos poco a poco van ganando adeptos en todos los países como animales de compañía perfectos, especialmente en casas pequeñas o pisos, en donde el espacio para los perros es más limitado. Los gatos, además, son animales con un alto grado de autosuficiencia, siendo más fáciles de cuidar por personas ocupadas o acostumbradas a no pasar por casa durante horas.
Sin embargo, los que tienen gato sabrán que son animales con fuerte personalidad, en donde destacan dos rasgos primordiales: son curiosos y son los dueños de la casa. Cualquier cosa que vean interesante la investigarán, la tocarán y jugarán con ella. Por otra parte, son extremadamente territoriales y enseguida se apropian de todo lo que los rodea. Por tanto, no dudarán en subirse a todas partes, reclamar sus propios espacios, etc.
También son animales que muchas veces reclaman nuestra atención y, si no la consiguen, pueden llegar a obligarnos usando ciertos trucos. Por ejemplo, ponerse a maullar cada vez más alto, ponerse delante de una pantalla que estamos usando o perjudicarnos a la hora de escribir en un teclado. Quieren nuestra atención y la buscarán, lo que no siempre es agradable, por ejemplo cuando estamos trabajando o jugando en el ordenador.
El usuario de YouTube British Shorthair Kakka no Nichijo ha encontrado el truco perfecto para que su gato no le moleste mientras está usando el ordenador. Resulta que la solución no consiste en echarlo fuera o ponerle una barrera, ya que encuentra la forma de superarlas. Es más fácil atraerlo a un lugar en el que quiera estar más aún que encima de nuestro teclado.
Es bien sabido que a los gastos les gustan las cajas y recipientes en donde se puedan acurrucar, hacerse una bola y descansar tranquilos bien protegidos. Si ponemos una de estas cajas en el escritorio, el gato se quedará en ella sin molestar demasiado, pudiendo seguir trabajando o jugando.
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