PRECIO DISPARATADO
¿Por qué la sandía es un artículo de lujo en Japón?
Los japoneses no han dudado en llevar las facilidades de uso para el día a día también a la comida, un detalle muy importante dadas las dimensiones de las casas.
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Los pisos japoneses se alejan mucho del tamaño que podemos ver en otros países, como por ejemplo España. Un piso japonés puede compartir al mismo tiempo una cocina con el salón ¡e incluso la habitación! Sólo los baños suelen contar con su propia sala, por aquello de la intimidad. Es por esto que no lleva ningún problema amueblar la casa, pero en cambio sí hacer la compra.
Y es que tanto la encimera, como la mesa de comer y por supuesto elementos como el frigorífico cuentan con un tamaño reducido. Luego, ¿qué ocurre a la hora de introducir alimentos de gran tamaño, como por ejemplo las sandías? Japón ya encontró la respuesta hace la friolera de 40 años. Introducir una sandía en una cocina japonesa puede resultar un auténtico engorro, pero los nipones han pensado en absolutamente todo: sandías cuadradas.
Los agricultores comenzaron a introducir la fruta en contenedores cuadrados, lo que permitía que cuando la sandía creciera, ésta tendría dicha forma. Una solución perfecta para que los japoneses puedan tener su sandía en la cocina sin problemas y al mismo tiempo en la nevera sin ocupar mucho espacio. Eso sí, esta decisión también perjudicó de manera exponencial al precio.
La sandía es una de las frutas que más se consumen en verano, una auténtica delicia para esas tardes calurosas. Si bien hablamos de una de las frutas que puede considerarse como asequibles en nuestro país, en Japón puede llegar a costar la friolera de 300 euros. Sí, habéis leído bien, un tres y dos ceros. Una auténtica fruta de lujo y que, sin ir más lejos, puede llegar a encontrarse en las joyerías niponas. Aunque eso sí, tiene su significado.
La fruta en España se entiende como un postre, una comida perfecta para cualquier momento del día, una forma de cuidar nuestro cuerpo. En Japón es todo lo contrario. La fruta trasciende el alimento para convertirse en un regalo, uno de los grandes. Para que lo entendáis, el 80% de la fruta que se compra en Japón se ofrece como regalo a personas muy queridas o cercanas. Una tradición que se ha extendido durante generaciones y que sin duda puede chocar con Occidente. Y no hablamos sólo de las sandías, las uvas o las manzanas son otras de las frutas muy apreciadas en el país, pudiendo alcanzar cifras astronómicas. En algunos casos, los emblemáticos melones de Hokkaido han sido vendidos a la friolera de 27.000 euros, ahí es nada.
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