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FILOSOFÍA DE VIDA

Rutina de ejercicios mentales de Bruce Lee: Así ejercitaba su mente el experto de las artes marciales

Algunas de las anotaciones más personales de Bruce Lee fueron publicadas con permiso de los herederos del reconocido artista marcial.

Una estatua de cera de Bruce Lee en Sidney

Getty Images Una estatua de cera de Bruce Lee en Sidney

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Si hablamos de artes marciales, al menos en el sentido más mediático de la palabra, encontramos grandes ejemplos en el cine como Jackie Chan, Jet Li o Donnie Yen, especialmente en el cine asiático que quizás sea el más representativo del género. Sin embargo, ninguno de ellos puede compararse con el gran Bruce Lee, el actor y el artista marcial más famoso de la historia. La leyenda de este artista marcial sigue creciendo año tras año, especialmente por su extraña y prematura muerte a la corta edad de 32 años. Incluso ha sido la inspiración para varios personajes de videojuegos.

El mito sigue siendo un referente entre los fans de las artes marciales, dejando como legado un estilo de vida, un tipo de artes marciales y una mentalidad que muchos aún hoy en día intentan desgranar. Y es que sí, Bruce Lee tenía un físico perfecto para la práctica de las artes marciales, pero quizás la mayor fortaleza de este artista marcial era su mente y su carisma, lo que realmente atraía a sus fans.

Es de sobra conocido que Bruce Lee llevaba de forma habitual una pequeña libreta o bloc de notas en donde siempre anotaba todo aquello que le parecía importante, especialmente pensamientos e ideas que apoyaban su forma de vida, que le daban fuerza para seguir con su filosofía. Algunas de dichas anotaciones fueron publicadas con permiso de los herederos de Bruce Lee. Estas son algunas de las anotaciones:

 

  • Sobre el poder de voluntad: Reconociendo que el poder de la voluntad es el tribunal supremo de todos los demás departamentos de mi mente, lo ejercitaré a diario, cuando necesite actuar urgentemente en cualquier propósito; y lo convertiré en un hábito diseñado a probar el poder de mi voluntad al menos una vez al día.
  • Emociones: Al darme cuenta de que mis emociones son positivas y negativas, formaré hábitos diarios que fomentarán el desarrollo de las emociones positivas y me ayudarán a convertir las emociones negativas en alguna acción útil.
  • Razón: Reconociendo que tanto mis emociones positivas como negativas pueden ser peligrosas si no son controladas y guiadas hacia fines deseables, someteré todos mis deseos y propósitos a mis facultades de razón, y me guiaré por ella para expresarlos.
  • Imaginación: Reconociendo la necesidad de planes e ideas sólidos para la consecución de mis objetivos, desarrollaré mi imaginación a diario para que me ayude en la consecución de mis planes.
  • Conciencia: Reconociendo que mis emociones a menudo se equivocan en su exceso de entusiasmo, y mi facultad de razonamiento a menudo carece de la calidez sentimental que es necesaria para permitirme combinar la justicia con la misericordia en mis juicios, alentaré a mi conciencia a guiarme en cuanto a lo que está bien y lo que está mal, pero nunca dejaré de lado los veredictos que emite, sin importar cuál sea el coste de llevarlos a cabo.

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