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UN GRAN INVENTO

Sin este invento chino serías incapaz de vivir y está en tu baño

Le debemos mucho a este invento, que surgió por primera vez en la época Medieval en China.

Hoy en día, cuando hablamos de innovación y nuevas tecnologías lo que se nos viene inmediatamente a la cabeza es Japón. Robots, teléfonos, maquinaria… en muchas cosas el país nipón es un referente, pero no del invento del que os hablamos hoy. Los artífices de esta sublime idea no eran japoneses, pero eran sus vecinos. Fueron los chinos los que apostaron por este producto, que hoy es indispensable en el baño de cualquier persona.

¿Sabéis ya lo que es? Efectivamente, el papel higiénico. Es difícil imaginarse la vida sin papel higiénico, pero a decir verdad, era lo normal hace un par de miles de años. Antes del siglo VI antes de cristo, la sociedad utilizaba todo tipo de aparatos para cumplir la función que hoy tiene el papel higiénico (no creemos que sea necesario especificarla). Trapos, virutas de madera, hojas, hierba, heno, arena, musgo, nieve, helechos, cáscaras de las plantas, pieles de frutas… todo valía. Dependiendo del estamento social el proceso era más o menos “elegante”, pero al fin y al cabo no existía un producto que cubriera expresamente esa necesidad. Fue en la Antigua Roma donde se practicó el hábito de limpieza, pero el invento viene de bastante atrás, y también de bastante lejos.

Papel higiénico
Papel higiénico | Pixabay

Fue en China, en el siglo VI d.C cuando se documenta el primer uso del papel higiénico. Este proto-papel higiénico no se parece a lo que tenemos hoy en día (que se deshace en agua, tiene fragancia...etc), pero fue lo que sentó las bases del avance del producto. De hecho, registros de la época señalan que en la ciudad de Zhejiang había una producción anual de papel higiénico por una cantidad de diez millones de paquetes de 1.000 a 10.000 hojas de papel higiénico. Obviamente en aquella época este material estaba destinado solamente a las clases altas, pero con el tiempo se fue normalizando hasta convertirse en lo que es hoy, un producto de necesidad básica.