Assassin's Creed: Revelations

Es curioso como Assassin's Creed ha pasado por nuestras vidas. Al comienzo era una promesa de juego que nos introducía en el papel de un asesino en mitad de Las Cruzadas. Un juego histórico y que aparecía con unos gráficos increíbles y que, algunos, daban por falsos de tanta calidad que tenían. Al final, las promesas se saldaron con muchas ventas y una especie de sensación agridulce, porque todo el mundo se había hecho ideas muy grandes respecto el lanzamiento de Ubisoft. Tan grandes que pocos o ningún estudio de desarrollo podría satisfacer. Por ello, y saltándose las leyes de la naturaleza, su secuela consiguió superar con creces al original, mostrando las intrigas del mucho más interesante Renacentismo italiano. Vamos, intrigas, Borgias, DaVincis y referencias que vinculan la Iglesia Católica con invasiones extraterrestes y, todo, sazonado con una lucha a muerte con el Papa Alejandro VI y su báculo de poder en el mismísimo Vaticano.

Ezio descubrirá en su paso por Constantinopla los secretos de Altair

Su secuela continuaba mejorando lo presente. En la Hermandad encontrábamos nuevas formas de luchar, un toque táctico que nos permitía utilizar los miembros de nuestra propia banda de asesinos y, por supuesto, un modo online que nos ha permitido cometer todo tipo de tropelías en la mismísima Alambra de Granada.

En el último E3 hemos podido ver cómo contínúa la historia. La próxima aventura de Assassin’s Creed nos devuelve a Ezio, eso sí, lleno de canas y de arruguitas de hombre sabio. En su tercera y última epopeya tendremos que dirigir nuestros pasos hasta la mismísima Constantinopla. Allí nos esperan una serie de revelaciones y peligros, así como cruzarnos, aunque no en el tiempo, con el destino de Altair, nuestro antepasado como asesino y protagonista del primer juego.

Lo que hemos podido ver en el E3 es poco, pero tan revelador como el propio título del juego. Para la realización de esta nueva entrega da la sensación de que se ha modificado ligeramente el motor del juego, consoguiendo unas animaciones faciales algo más conseguida. Algo que, una vez más, se queda pequeño si lo comparamos a lo que supone poder jugar en una nueva reproducción milimétrica de una ciudad histórica.En este aspecto, una vez más, el juego roza lo impecable.

Respecto a las pequeñas novedades, como la inclusión de nuevas armas, nuevas bombas de humo para distraer a los enemigos, nuevos ataques o nuevas habilidades, todo se queda pequeño ante lo que aparenta ser el mejor juego de la saga, y eso es decir mucho.

El juego, en su fase actual, parece tan trepidante o más que los otros tres. Además, promete cerrar muchas incognitas, así como mejorar los modos online. Todo junto hacen que nos alegremos de sobremanera, por un lado, con la noticia de un nuevo y mejorado Assassin's Creed, mientras que nos entra la tristeza de perder, tal vez para siempre (no creemos) a nuestro querido Ezio, al que vimos crecer como asesino y señor de la Villa Auditore.