Análisis
Las Aventuras de Tintín
Ubisoft se enfrenta al reto de intentar realizar la versión en videojuego definitiva de Tintín.
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Todos los grandes personajes del cómic, en algún momento de su existencia, han pasado por el mundo de los videojuegos. Algunos lo han hecho con mayor fortuna que otros. Pero, lo importante, es estar allí. En el caso del belga Tintín, su relación con los videojuegos se remonta a la época de los ordenadores de 8 bits, en el que nos regaló un, por aquellos entonces, preciosísimo Tintín en la Luna.
Hoy, momento en el que el personaje ha conseguido ver reverdecer aún más sus eternamente frescos laureles, con la película que dirigen y producen Steven Spielberg y Peter Jackson, le toca volver al mundo del ocio electrónico. Llega la hora de vivir de primera mano Las Aventuras de Tintín: El Secreto del Unicornio.
Los estudios elegidos por el tándem para realizar la adaptación a la pequeña pantalla no han sido otros que UbiSoft, algo que tiene lógica si tenemos en cuenta que Peter Jackson ya los tomó para realizar la adaptación de su versión de King Kong.
Por supuesto, para realizar esta hazaña, para llevar a un videojuego la mejor versión de Tintín jamás pensada para una consola, se han realizado esfuerzos titánicos en el aspecto gráfico. Por supuesto, el juego no puede estar a ala altura de lo que vemos en pantalla. Sería imposible reproducir esas texturas, esos colores y esa calidad. Por ello, se ha optado por mezclar conceptos. Desde el principio vemos un juego con grandes connotaciones artísticas, con nubes de acuarela, con un acabado fino y estiloso. El juego, en sí, presume de un aspecto envidiable, mucho más que cualquier otra adaptación de una película.
Además, se han utilizado modelados que emulan muy bien los personajes y escenarios de la película, lo que le da un nuevo punto de calidad al producto.
Todo este aspecto queda, si es posible, aumentado cuando el juego es visionado en unas flamantes 3D. En este sentido, el juego se convierte en una preciosista caja de dioramas con las aventuras del periodista. Es una joyita para los amantes de los comics de Hergé.
Y, ahora, vamos con lo que mola menos: el juego en si. No vamos a decir que sea malo, porque no lo es. Tiene un multijugador interesante y cumple, a la perfección con lo que se espera de un producto así. Lamentablemente, de un juego basado en una película se espera habitualmente muy poco. La mecánica es simple y, en muchas ocasiones, carece de ritmo. Claro está, hace diez o quince años, esta mecánica asociada a las adaptaciones cinematográficas era el no va más. Pero después de que títulos de franquicia como Batman: Arkham Asylum se conviertiesen en juegos de sobresaliente, uno espera que le sorprendan otra vez con un juego similar.
Puede que tampoco sea el juego de Tintín, por aquel viaje a la Luna que probamos hace más de 20 años en un Amstrad CPC. Pero, desde luego, es una gran oportunidad de retomar las aventuras, que creíamos tener ya olvidadas, del joven Tintín y su fiel Milú. Yo, personalmente, estoy disfrutando de él. Esperemos que todos aquellos menos nostálgicos sepan hacerlo también.
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