Bioshock Infinite

En el pasado E3 ha habido una curiosa e increíble saturación de terceras partes. Parece como si se hubiesen puesto de acuerdo todos para presentar segundas secuelas de sus juegos más importantes. Eso o que cinco años de existencia de una plataforma es un ciclo natural para que las desarrolladoras hayan creado dichas secuelas sobre títulos no existentes en la pasada generación. El caso es que, dentro de todas las terceras partes hay una que nos ha llamado especialmente la atención. Aunque sólo fuese porque en su título no se encuentra ningún 3 y porque, más que una nueva entrega es un recomienzo con unas bases similares. Bioshock Infinite no continúa a Bioshock 1 y 2. Es su lugar, lo explota y le da nuevas alas. Nunca mejor dicho.

Bioshock Infinite cambia la claustrofobia de Rapture por el vértigo de Columbia

En la demo que se pudo ver a puertas cerradas en el stand de 2K games pudimos asistir a algo realmente espectacular. Lejos de esa conocida sensación de “esta ya me la sé” conseguimos meternos de lleno en el nuevo concepto de ciudad flotante, nos dejamos llevar y nos sobrecogimos ante la grandeza y belleza de sus gráficos. También pasamos miedo, porque el vértigo que puedes llegar a sentir con este juego no deja indiferente a nadie, y supera con creces la sensación de claustrofobia que nos hizo pasar Rapture.

También es notorio el intento de conseguir crear un nuevo mundo, similar al de Rapture, con toda la imaginería Yankie y Comunista pintándolo todo. Y, sin olvidar en ningún momento, que Bioshock parte de bases filosóficas y sobrenaturales. Veremos pájaros metálicos gigantes y aterradores; poderes ocultos, rollito dimensional y todo con una base en la que nuestros propios conceptos morales serán puestos en duda en todo momento.

El nuevo Bioshock nos ofrece todo lo que queríamos que nos ofreciera. Y todo sin dar la oportunidad al jugador a que piense que la historia se repite o que esto nos suena. Un bravo muy fuerte por Ken Levine y sus chicos. Y, por cierto, no contamos nada, pero los poderes de Elizabeth son realmente alucinantes. Ya veréis, ya veréis…