Análisis
Crysis 2
La esperada nueva obra de Crytek ha llegado a nuestros hogares. Tras ella, nuestra opinión. ¿Estará a la altura de lo esperado?
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Hay veces en las que de tanto hablar, las cosas se deforman. Incluso llegan a parecer más grandes, para luego acabar convirtiéndose en parodias de lo que deberían haber sido.
De mucho decir por nuestras bocas que Crysis 2 iba a ser la pera, se podía haber convertido en una sandía dentro de nuestras cabezas para, luego, en nuestras manos, acabase más pareciendo un higo pasado y con olor a viejo.
Eso es lo que suele pasar. Pero, no con Crysis 2. Eso pasa con los otros juegos. Con la última obra de Crytek no existen palabras que definan lo que supone la experiencia de juego visualmente. Y, como no hay palabras a su altura, no podemos superar en expectativas lo que supone jugarlo.
Crysis 2 es, más que un juego, una experiencia que merece la pena ser vivida en 3D. Cuando cargas el juego, cuando pasas el control médico y entras en la ciudad, después de haber salido del submarino U.S.S. Nautilus, cuando ves por primera vez los mastodónticos rascacielos, en ese momento es cuando das gracias a los más altos dioses de la tecnología por los nuevos monitores en 3D. Sin dicha tecnología, nos pedemos un trabajo muy especial, muy pensado, muy cuidado. Nos es lo mismo ver esos rascacielos por primera vez en tu vida en 3D que hacerlo con las 2D. Y eso, seguramente, puede perjudicar la percepción hacia este lanzamiento.
Por supuesto, Crysis 2 cuenta con sus propios puntos débiles: un guión que no llega a apasionar, una inteligencia artificial con algún que otro defecto o una duración que, pese a que está en la media de lo que viene siendo normal, no consigue convencer a todos los jugadores del universo. Sin embargo, dichas críticas vienen siendo tan frecuentes y están tan manidas, que están comenzando a perder credibilidad.
La sensación de entrar a una Nueva York realista y en 3D es apabullante
La duración, como decimos, es la duración media de los juegos habituales. Respecto a los fallos de la IA, quedan compensados por un amplio campo visual de los enemigos. Sí, a veces hacen “cosas raras”. Pero, generalmente, son capaces de seguir nuestro movimiento, incluso camuflados, si hemos actuado torpemente o de forma poco profesional. Si nos ponemos demasiado a la vista, ellos irán a por nosotros. De hecho, lo que más mosquea es la persistencia con la que nos atacan al principio, sin resultar demasiado claros los motivos.
Por último, respecto al guión, una vez más, estamos dentro de los parámetros normales. No destaca ni por encima, ni por debajo, dentro de los anales históricos de la literatura videojueguil. Vamos, que es tan bueno como cualquier otro en este sentido.
Sin embargo, es un juego rápido, mortalmente rápido. También es contundente. Y, por supuesto, es espectacular. Consigue que nos suban las pulsaciones, que nos sintamos a cien por hora, rodeados de decenas de enemigos, en medio del Apocalipsis. Somos más poderosos que todos nuestros enemigos. Pero no somos dioses. Pueden acabar con nosotros, con nuestras esperanzas de vida, planes de jubilación. Si cometemos un error, puede que nos recuperemos. Pero si cometemos dos, tal vez ellos aprovechen rápidamente la ventaja que han adquirido.
Ninguno de los defectos que se atribuyen a Crysis 2 están fuera de la tónica habitual
Sin duda, el nuevo Crysis supone un adelanto respecto al primero por sus detallados entornos destructibles. También, porque mueve un motor impecable dentro de una videoconsola. Es, en ocasiones, casi mágico en este aspecto. El modo estereoscópico también parece cosa de ciencia ficción. En lo que se refiere a la estructura, mucho más lineal que su antecesor, nos encontramos con opiniones divididas: algunos dirán que el juego ha involucionado, otros dirán que muy pocos saben contar una historia en un modo sandbox. En este sentido, nosotros preferimos un modo lineal. Cierto es que los videojuegos deberían dejar un poder de decisión mayor a los jugadores. Pero, sinceramente, si lo que hay que hacer es acabar con una plaga de extraterrestres que están tomando Nueva York, ¿qué más da si una fase va delante que otra o al revés? Lo único que nos importa es que nuestras armas sean precisas, que podamos tunearlas, como es el caso, y que en todo momento quede claro quién es el que lleva el Nanotraje 2.0 en este juego.
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