LA LLEGADA DE UNA FRANQUICIA ESTRELLA
Se cumplen 15 años del lanzamiento de Pokémon Rojo y Azul en España
Quince años han pasado ya desde que abrí por primera vez la caja de Pokémon Azul, juego que junto a la edición Roja supuso el lanzamiento de esta exitosa franquicia en España. El gusto que tenía Satoshi Tajiri por la recolección de insectos derivó en un videojuego que elevó hasta límites insospechados las ventas de Game Boy, y que ha sido y es una saga buque insignia de cada portátil de Nintendo.

Publicidad
Cómo pasa el tiempo de rápido. Parece que no fue hace mucho cuando me encontré en la silla mi cartucho de Pokémon Azul con Blastoise en la portada y lo cierto es que ya han pasado 15 años. Quince años en los que muchas cosas han pasado, en los que muchos títulos ha habido y muchas generaciones de consolas, tanto de sobremesa como portátiles, han ido apareciendo. Muchas cosas han pasado, pero otras siguen siendo igual, porque por más tiempo que pase sigo siendo aquel niño que con 13 años probó su primer Pokémon.
Aquel niño que además se pasó horas y horas delante de la pequeña Game Boy Color la primera vez que introduje el cartucho por la ranura de la máquina. Sí, a punto estuvo de ser mi primer 'empalme'. A punto estuve de dormir con el sol y de dejar que la luna fuera testigo de cómo es posible que un simple juego sea capaz de causar tanta adicción. Y todo porque a Nintendo se le ocurrió esa idea que suele tener bastantes veces. Se le ocurrió la idea de innovar.
De ofrecer una propuesta fresca y nueva que sorprendió a todos. No es para menos, pues Satoshi Tajiri, fanático de la recolección de insectos, tuvo la ocurrencia de llevar su pasatiempo a un videojuego. Así, y con el consejo de Shigeru Miyamoto, en 1996 se lanzaría en Japón las ediciones Verde y Roja de un juego llamado Pocket Monster, que sería rebautizado en su lanzamiento occidental por el por todos conocido nombre de Pokémon.
No fue el único nuevo 'bautistmo' que tuvo la saga, pues la edición Verde dijo 'hasta luego' para dar paso a la edición Azul, que junto con la roja fueron las dos que acompañaron a Pokémon en su puesta en marcha en Occidente. Y aunque ahora todos alabamos a Game Boy por conocer su pasado, lo cierto es que quién sabe que habría pasado con la máquina y con el dominio de Nintendo en portátiles de no haber sido por la franquicia Pokémon.
La mística del 151
Porque eso de empezar una aventura con forma de JRPG en la que ibas capturando diferentes criaturas, entrenándolas y evolucionándolas mientras luchas y luchas por turnos contra otros entrenadores caló y mucho entre todos los jugadores. Era la primera entrega, el primer título de una nueva franquicia, pero a pesar de todo en cuanto salió se convirtió en un auténtico éxito. Todo en Pokémon Rojo y Azul tenía aroma a diferente, aroma para los que buscaban algo nuevo.
Reconozco que por eso fue por lo que me enganchó tanto, pues desde la primera vez que supe de él en las revistas vi algo a lo que quería jugar porque nunca había jugado nada igual. Eso de aventurarse en un mundo fantástico, de capturar y de descubrir todas y cada una de las criaturas del juego... sí, me pilló de pleno. Y a día de hoy ni puedo ni quiero dejarlo. Ni puedo ni quiero dejar de disfrutar, de entrenar y de pensar en estrategias de combate estudiando los diferentes tipos de Pokémon, sus fortalezas y sus debilidades.
Desde que me dieron a mi pequeño Squirtle ni he podido ni he querido dejar de jugar a Pokémon. Todavía recuerdo cómo evolucionó a Blastoise y cómo me alegré por tener 'al bicho azul con forma de tortuga de la portada' que tanto me llamó la atención en un primer momento. El Mt. Moon, la piedra lunar, la difícil captura de Tauros en la Zona Safari, lo largo que fue subir a Dragonair al nivel 55, el SS. Anne, la laberíntica Calle Victoria... todo para ganar la Liga. Todo para tener a los 151.
Sí, eran 151. Y puedo decir que los tuve a todos en su momento. Me costó, mucho me costó, pues aunque todos veían a Pikachu como el Pokémon más famoso el que captaba toda mi atención era Mew. En torno a él, en Europa, se crearon todo tipo de rumores para su captura. Estaba en el código del juego, eso sin duda, pero ni camiones, ni teniendo a los 150... ni nada de nada. Al final lo tuve, con unas formas no del todo 'lícitas', pero lo logré. Y nunca olvidaré lo que me costó y el empeño que le puse.
¡Hazte con todos!
Lo reconozco. Fue quizá por cabezonería, porque lo quería y porque también, con la mente de un chaval de 13 años, me 'molaba' presumir. Y qué Pokémon mejor para hacerlo que el raro 151. Que de repente, en un combate, sacar a escena a Mew. Porque Pokémon no era juego para disfrutar solo. Pokémon hizo uso total del cable Link de la Game Boy. Sin online, sin Wi Fi y sin 3G, era conectando por cable dos consolas como se obtenía la experiencia multijugador necesaria de la franquicia.
Así, a la 'vieja usanza', es como también conectaron Rojo y Azul. Unos Pokémon, como Sandsrehw y Meowth, eran exclusivos de la edición Azul. Otros, como Ekans o Growlithe, lo eran de la Roja. Así que el Cable Link sirvió para cerrar el círculo. Aventura, combate, colección, entrenamiento... e intercambio. El completar junto con tus amigos o conocidos la colección completa de criaturas.
La famosa frase de '¡Hazte con todos!' cumple ya 15 años en Europa. Quince años repletos de éxitos y de grandes juegos, y dejando a aquellos que hablaron de 'moda pasajera' sin argumentos ni razonamientos posibles. Pokémon sigue en plena forma, con las versiones X e Y siendo superventas de 3DS y con el remake de Rubí y Zafiro a punto de lanzarse. Quién nos iba a decir al principio de todo que Pikachu y compañía llegarían tan lejos...
Publicidad