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ANTECEDENTES POR ACCIONES SIMILARES

El primer acusado por Swatting, la peligrosa moda de los videojuegos, se enfrenta a más 20 años de cárcel

El acusado, Tyler Barriss, realizó acciones similares en 2017 y no sólo por temas referentes a los videojuegos, sino también a canales de TV.

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A principios de este mismo año os hablábamos de Tyler Barriss y que habría cometido un acto de swatting, terminando tristemente con la vida de Andrew Finch. Para aquellos que no lo conozcan se trata de una práctica más habitual de lo que parece en el mundo de los videojuegos. Durante algunas partidas online, o no, y con el fin de gastar una pesada broma, un jugador decide avisar a nada más y nada menos que los SWAT (de ahí el nombre) sobre un posible atentado terrorista u otro suceso criminal. Como ya estaréis imaginando, la dirección que se da al cuerpo de fuerzas especiales es la del amigo quienes se personan en el domicilio en total estado de alerta. Una práctica que como decíamos líneas atrás es bastante habitual y en algunos casos deja víctimas.

Este fue el caso de Tyler Barriss, dando la voz de alarma al SWAT quienes tras acudir al domicilio abatieron a Andrew Finch, un joven de 28 años y padre de dos hijos; todo ello por una discusión en el videojuego Call of Duty y una apuesta de 1.50 dólares.

Tras varios meses, finalmente conocemos a los cargos que podría enfrentarse Barriss. Hasta nada más y nada menos que 51 cargos se presentan a Tyler lo que podría enfrentarle a una condena de más de 20 años. Amenazas interestatales u homicidio imprudente involutanrio - cargo por el que se le vincula al swatting - entre otros son sólo algunos de los que figuran para Tyler.

Tyler Barriss
Tyler Barriss | TV KABC

No sólo eso, Barriss también ha sido acusado por otros actos realizados en 2017 vinculados a la organización de un robo a un banco, pasando por amenazas de bomba a cadenas de TV, éstas últimas figurando desde 2015. El swatting es una práctica que en los últimos años ha dejado más de un susto a ciertos usuarios. Bromas y discusiones que terminan en ciertas ocasiones de la peor manera posible, que en casos como el de Andrew Finch no es ni habitual a los videojuegos.

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