TERRORÍFICOS
Estos niños de videojuegos solo te provocarán pesadillas
Los niños han sido recurso muy utilizado en el cine de terror, pero también en los videojuegos.
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Fantasmas, monstruos sacados del infierno, alienígenas… El repertorio de seres y criaturas utilizados en el cine de terror es amplio, también en los videojuegos. Si hay un estereotipo que a todos provoca pesadillas por igual, son los niños. Por su aspecto inocente e inofensivo, los niños son capaces de crear sensaciones escalofriantes con sólo hacer aparición.
¿Recordáis FEAR? La saga de Monolith sorprendió hace ya unos cuantos años por ser un verdadero portento gráfico, al igual que por introducir de forma única el terror en un shooter. Y sino que se lo digan a Alma, aquella niña sacada de un despiadado experimento. Oficinas, túneles, laboratorios… daba igual el sitio en el que nos encontráramos, Alma se las ingeniaba para ponernos los pelos de punta.
Otra de esas niñas que nos hacían sufrir de lo lindo era Alessa. Nada mejor que la ambientación de Silent Hill para introducir a estos diabólicos personajes. Pudimos verla en Origins, Silent Hill 3 así como en la entrega original de PlayStation. A lo largo de las tres aventuras descubríamos su pasado, y dicho sea de paso, nos llevábamos algún que otro susto.
Dante’s Inferno no es un juego de terror perse, pero sí uno en el que sus autores no escatimaron en crear un universo retorcido y escalofriante. Tomando como base La Divina Comedia de Dante Alighieri, una de sus criaturas más recordadas eran aquellos niños salidos del fuego que portaban cuchillas como manos.
Cerramos la lista con otro juego de Visceral Games, Dead Space2. El primer contacto con la licencia ya nos lo hizo pasar francamente mal, pero es que la secuela elevó aún más esas cotas. ¿El motivo? Seres todavía más espeluznantes y entre los que no podían faltar niños. Desde bebés en guarderías, hasta niños de largas extremidades. Vale que no eran muy complicados de vencer, pero su diseño era tan amenazador que durante el primer encuentro la mejor alternativa era salir corriendo.
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