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¿Podrías jugar con él?

Un mando de 40 botones: el periférico más irreal de los videojuegos

Uno de los periféricos imprescindibles para cualquier consola llevó al límite los juegos de tanques con este impresionante mando.

Mando de Steel Battalion

Mando de Steel Battalion YouTube

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Los mandos son, por excelencia, el periférico de las consolas al igual que el teclado/ratón para los jugadores de PC. A lo largo de la historia los mandos han evolucionado de muchas maneras, adaptándose a los tiempos e incluyendo funcionalidades de todo tipo. Mientras que en los 90 no se precisaba más allá de una cruceta y cuatro botones, en la actualidad los gamepad gozan de opciones como un botón destinado, por ejemplo, a compartir nuestras mejores capturas en redes sociales.

Los periféricos no deben ser entendidos únicamente como mandos para consolas y teclados/ratones para PC, éstos pueden abarcar mucho más. Los jugadores de conducción, aviación o como el caso que nos ocupa de simulación bélica saben perfectamente que para disfrutar de su juego favorito necesitan un mando a la altura. Es por ello que joysticks, volantes entre otros periféricos se han ido ganando poco a poco un hueco en el mundillo de la industria.

El caso más extremo lo encontramos con Steel Battalion, un juego de mechas y que como ya estaréis imaginando contó con su propio mando, pero no uno cualquiera. Hasta 40 botones componían este espectacular periférico. Se sumaban dos joysticks, cada uno con sus correspondientes botones y funciones, ruedas y un sinfín más de peculiaridades.

 

Entre las funciones de los botones encontrábamos opciones para recibir mensajes de radio, información del campo de batalla y los enemigos, cambiar el tipo de munición y armas, eyectar a nuestro personaje llegado el momento de la destrucción total del mecha y un largo etcétera de características que sin duda nos sumergían como pocas veces ha visto el género de las batallas de mechas.

Pocos eran los que en 2002 se podían permitir un periférico de estas características, pero no cabe duda de que aquellos que pasaron por caja supieron de primera mano lo que era subirse, ahora sí, a un mecha japonés… al menos esa era la idea del mando, acercanos la experiencia real de un gigantesco robot japonés en plena batalla ¡igual que en los animes!

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