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Análisis

The Legend of Zelda: Ocarina of Time 3D

El remake de The Legend of Zelda consigue mantener toda la calidad del original, mejorando ungran número de aspectos para que el título se adapte a nuestros días.

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El día después de que se presentase Nintendo 3DS en Los Angeles, en mitad de una mesa redonda en la que destacaba la presencia de Shigeru Miyamoto, se anunció que la consola contaría con un remake en 3D de The Legend of Zelda: Ocarina of Time, al igual que Nintendo DS contó con uno de Super Mario 64.

En ese momento, antes de que se supiese cómo sería Super Mario 64 daba una sensación de calidad al catálogo de la consola que no podían conseguir otros juegos como Kid Icarus, StarFox o, incluso, Mario Kart. La nueva consola iba a contar entre sus cartuchos con el que está considerado como el mejor juego de la historia.

La leyenda continuó, y en las primeras presentaciones de la consola todo el mundo preguntaba por un único juego: ¿tenéis el Zelda?

The Legend of Zelda: Ocarina of Time se convierte en el juego más importante del catálogo de Nintendo 3DS.

The Legend of Zelda: Ocarina of Time es el mejor juego de la historia por muchos motivos. Y, lo mejor de todo es que, por mucho tiempo que haya pasado desde el día en el que vio la luz por vez primera, sigue sin haber sido superado en gran parte de sus incontables virtudes. Para empezar, es un juego en el que la historia fluye. Sí, eso que hace, ese mundo abierto, esas historias cruzadas y ese andar y reandar un mapa es algo que Rockastar ha perfeccionado convirtiéndolo en arte con Red Dead Redemption. Pero Ocarina ya lo hacía hace quince años. Los giros dramáticos son algo que podemos disfrutar en multitud de juegos. Pero Ocarina ya nos sorprendía con muertes de personajes principales o elipsis temporales que quitaban el hipo. Ocarina of Time marcó un camino a seguir y, por supuesto, todo el mundo intentó seguirlo. Ni siquiera Nintendo consiguió igualar su propia genialidad, realizando un gran número de secuelas que, pese a sus intenciones y calidad, siempre han quedado un paso por detrás de Ocarina of Time.

Por supuesto, y pese a la calidad de Phantom Hourglass o Twilight Princess, lo mejor que ha hecho jamás Nintendo con la saga The Legend of Zelda hasta la fecha, ha sido devolvernos el Ocarina of Time original. Al igual que, en épocas de GBA se decidió retomar el maravilloso A Link to the Past (el segundo mejor juego de la saga), para 3DS se ha tomado la base de Ocarina of Time y se ha remozado para que encaje en dentro de las posibilidades de Nintendo 3DS, una máquina ampliamente superior en potencia y posibilidades gráficas que la Nintendo 64, en la que el juego salió en su momento.

El nuevo juego ofrece una calidad absolutamente increíble. Muchas veces, da un poco de miedo ver cómo se coge un juego clásico y se traslada a nuestros días. En el caso de The Legend of Zelda: Ocarina of Time, no existe ningún género de dudas, ni problemas añadidos. El nuevo título muestra un aspecto nuevo, joven, vivo, colorista, con unas texturas que mejoran notablemente la calidad de lo que vimos en su momento. Además, aprovecha perfectamente el uso de la segunda pantalla, obteniendo menús sencillos, accesibles y, con ello, mejorando notablemente la jugabilidad.

Otra de las posibilidades que se ha incluido es la de emplear el uso del giroscopio de la consola. Cuando activas la función VER, en la que el punto de vista torna a subjetivo, moviendo la consola podrás controlar la cámara. Esto que, aparentemente no es demasiado útil, o te imaginas que no va a responder con toda la calidad que cabría esperar, se muestra como una gran opción. Algo que, esperamos, acabe por aplicarse a más juegos, ya que de momento, en el de momento limitado catálogo de 3DS, todavía no se había podido probar debidamente.

Aparte, el juego incluye todos los extras imaginables, entre los que destaca la inclusión del modo Master Quest, que nos permite volver a jugar el juego, pero en modo espejo.

Y todo, sin olvidar el increíble modo 3D que podremos disfrutar en todo momento. El impecable trabajo que se ha realizado en este aspecto nos ofrece la posibilidad de volver a disfrutar del auténtico clásico, no sólo no estropeado, si no mejorado con creces.

Así sí que da gusto que nos toquen a los clásicos. Algo que, por desgracia, sólo vale dentro de los videojuegos. ¡Porque, que alguien se atreva a retexturizar, mejorar los colores y poner 3D a Ciudadano Kane!

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