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EL GRAN ENGAÑO

Coleccionista gana más de 100 mil euros estafando a otros jugadores al venderles copias falsas de juegos retro

Este famoso coleccionista logró engañar a otros coleccionistas vendiéndoles copias completamente falsas.

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El mundo del coleccionismo de videojuegos es cada vez más famoso. Después de todo, son cada vez más los creadores de contenido que se atreven a coleccionar todo tipo de cartas o videojuegos clásicos, como es el caso de Logan Paul, quien incluso peleó con una de las cartas más valiosas del mundo. Sin embargo, hay veces en las que este negocio trae consigo grandes problemas.

A la hora de adquirir un producto de coleccionismo debemos ser conscientes de la cantidad de riesgos que corremos. Si bien hay que buscar la certificación oficial que indica que ese producto es real, también los jugadores deben ser precavidos a la hora de a quién le compran ese producto o contar con la ayuda de un experto que pueda guiarlos. E incluso cuando un coleccionista es conocido, hay espacio para el engaño.

La gran estafa de uno de los coleccionistas de videojuegos

Aquellos que conocen un poco el mundo del coleccionismo de videojuegos saben del nombre de Enrico Riccardi, conocido por coleccionar y vender juegos retro. Este contaba con una muy buena reputación entre la comunidad, lo que ha provocado una gran sorpresa al darse a conocer una gran estafa que llevaba a cabo. Y es que, tras ser expulsado de varios grupos de coleccionistas, se ha desvelado que las razones de esto es que vendía copias falsas.

Cabe destacar que estas copias no eran simples imitaciones que a primera vista se notaba que eran falsas. Estas copias llaman la atención por contar con un nivel de detalle elevado, hasta el punto de que era difícil detectar que esa copia era falsa. Esto llevó a que muchos jugadores se viesen estafados, hasta el punto de conseguir vender 107.300 dólares (100.379,15 aproximadamente).

Impidiendo que avanzase con el fraude

Para muchos de los coleccionistas resultaban extrañas las condiciones en las que llegaban estos productos o incluso el precio por el que el coleccionista vendía estas piezas en el estado en el que estas estaban. Esto provocó que algunos coleccionistas, tras hacerse con las copias, las comparasen con las originales, comprobando entonces que el material comprado era falso.

Esto llevó a que se organizasen en grupos, mostrando las comparaciones. En el caso de las copias falsas se comprobaba que había elementos como etiquetas mal recortadas o incluso discos que, al ponerlos en marcha, simplemente estaban vacíos. Sin embargo, hay quienes tuvieron la mala suerte de adquirir varios productos sin probarlos, por lo que se hicieron con varias copias que, actualmente, saben que son totalmente falsas.

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