Así era la recreativa de Los Simpsons

En el año 1991 todo giraba en torno a Los Simpsons. Todo tenía que ser amarillo, todo tenía que ser adulto, todo tenía que tener un humor trabajado, irónico, certero. Muchos de los presentes no recuerdan la vida sin la familia más famosa de los Estados Unidos (y del mundo). Para muchas personas, ellos siempre estuvieron allí, fueron parte de su educación, de su cultura. A mí, personalmente, eso me pasó con Los Picapiedra, por ejemplo. O con Los Supersónicos. Pero, os aseguro, que Los Simpsons tuvieron un comienzo, un momento en el que todo el mundo se acercó a mirarlos, más por rareza que por otra cosa, para acabar encontrándonos con todo un fenómeno capaz de todo.

Lo bueno de Los Simpsons es que, además, nacieron en pleno auge de Los videojuegos. Ni muy pronto, ni muy tarde. Pese a ello, no han tenido demasiadas oportunidades para fardar demasiado en formato electrónico. Podemos reseñar tres videojuegos con la familia amarilla como protagonista, entre todos los que llegaron a protagonizar (ellos, y Rasca y Pica, que también pasaron por Super Nintendo). El primero sería esta máquina recreativa de Los Simpsons. Luego, siendo amables, aquel GTA que lanzó Sierra bajo el nombre de Los Simpsons: Hit & Run y, el último, el juego que EA lanzó a la vez de la película en la que al final nos enfrentábamos al mismísimo Dios en un juego musical, no sin antes haber vencido a Matt Groening, a Bender, a Zoidberg o al creador de Los Sims.

Bueno, a todos los que recordéis el juego, un momento de nostalgia. A los que no lo conozcáis, un momento para conocer cómo fueron los primeros pasos virtuales de nuestros personajes favoritos desde hace 25 años. Por cierto, en el juego de EA aparecían los Simpsons de estos primeros juegos. Y ponían a parir a nuestros juegos de hoy en día, por esa manía de tener vidas infinitas y de ser parte de juegos tan ramplones.