El videojuego que acabó siendo enterrado en el desierto

A inicios de los años 80, el sector de los videojuegos estaba empezando a darse a conocer en todo el mundo. Por aquel tiempo, Atari tenía una consola doméstica conocida bajo el nombre de Atari 2600, una máquina que ya estaba triunfando en Estados Unidos, donde acabaría vendiendo más de 20 millones de unidades.

Por aquel entonces, ni SEGA, ni Nintendo, ni mucho menos Sony ni Microsoft habían lanzado sus primeras consolas y el dominio parecía claro para Atari. Pero Atari quería más y más, aunque fuese engañando a sus propios jugadores.

Aunque la consola de Atari tenía ya 5 años, la compañía americana se decidió a lanzar el que sería el videojuego estrella de Atari 2600: E.T. The Extra-Terrestial. Para ello había que pagar por los derechos de la película de Steven Spielberg, una película que recordemos, había sido todo un éxito en taquilla. Atari tuvo que pagar unos 20 millones de dólares por la mencionada licencia, y para aprovechar el éxito del filme en Navidades, los americanos tenían que producir el videojuego en apenas cuatro semanas, tiempo insuficiente para crear un videojuego exento de errores de programación.

Atari creía en el éxito de E.T. y por ello fabricó 4 millones de copias del juego y lo publicitó por todo tipo de medios. El resultado, sin embargo, no fue demasiado bueno; de los 4 millones de copias apenas se vendieron algo más de 1,5 y Atari se encontraba con el problema de tener un stock de 2,5 millones de copias de juegos que no se vendían, ¿qué podía hacer?

Pues lo que se le ocurrió fue enterrarlas en un desierto de Nuevo México junto a oros videojuegos que tampoco se estaban vendiendo bien. Más tarde, en 2014, Microsoft haría una excavación en dicho desierto, encontrándose con los juegos de Atari, confirmando así lo que hasta el momento era una leyenda urbana. ¿Te ha gustado esta anécdota? No dudes en dejar tu opinión en los comentarios de esta noticia.