Bimba se sentía diferente, ella era muy alegre, pero le decían que era un poco rara porque le gustaba hacer cosas con madera, tornillos, cuerdas. Sin ningún esfuerzo imaginaba cualquier cosa y la hacía con sus manos.

- Esas cosas son de chicos Bimba

- ¿Por qué Galaxio? ¿Por qué son cosas de chicos?

- Porque las chicas juegan a otras cosas, a las cocinitas, con muñecas…. Pero no a construir muebles y además las chicas no son nada manitas.

- ¿Pero eso quien lo dice Galaxio?

Galaxio se quedó pensando unos segundos…

- Pues no se Bimba, la verdad es que siempre me han dicho eso y nunca he conocido a una chica que sea capaz de hacer las cosas que tú haces, en cambio sí he visto a chicos que lo hacen

- ¿Y por eso yo no puedo hacerlo? Galaxio, me gusta mucho construir y crear cosas y además yo si he visto a chicas hacer cosas parecidas.

- Bimba, la verdad es que no tengo respuesta para esto. ¿Vamos a preguntarle a Mr. Plinton?

- Vale, pero no sé por qué hay que preguntar estas cosas. A mí me gusta hacerlo y punto.

Dieron un paseo hasta casa de Mr Plinton, él era mucho más mayor que ellos, y sabía muchas cosas. Cuando Bimba, Galaxio o Ojó tenían alguna duda, siempre le preguntaban a él.

- Hola Mr Plinton

- Hola chicos, ¿Qué hacéis por aquí?

- Pues que dice Galaxio que no puedo hacer construcciones, ni bricolaje ni nada parecido. Dice que esas cosas son de chicos.

Galaxio, sin saber por qué, estaba un poco avergonzado aunque no sabía muy bien a que se debía esa sensación

- Mr Plinton, yo nunca he visto a una chica que haga mesas, sillas, armarios... que arregle cosas en la casa, y Bimba lo hace

Mr Plinton sonrió.

- Galaxio, te haré una pregunta. ¿A ti te gusta bailar?

- Claro que sí

- Te he llegado a ver bailando incluso bailando ¿Era ballet o simplemente saltitos?

Galaxio se sonrojó

- Si, bailo, a veces escucho otra música diferente al Rock que suelo tocar, y alguna voltereta de ballet he dado

- ¿Y por ser un chico crees que no podrías bailar ballet?

- Claro que no, si me gusta bailar …debería poder hacerlo

- Entonces, ¿Crees que está mal que Bimba haga eso que tanto le gusta?

Galaxio se quedó de nuevo en silencio y pensó que no tendría por qué estar mal, la verdad es que nunca se había puesto a pensar en porqué una chica no podría hacer determinadas cosas

- ¿Te podrías vestir de Rosa Galaxio?

- Nooo eso sí que es de chicas

En ese momento Bimba se enfadó de verdad, sacó sus pinturas de colores de su bolsillo y enfada empezó a pintar sobre Galaxio. Primero rosa, rojo, más rosa. Cada vez que pintaba una parte del cuerpo de Galaxio esta se volvía real, así que sin darse cuenta, Galaxio tenía unos pantalones de cuadros rosas y azules, una camiseta rosa más clarita y hasta intentó ponerle algo en el pelo

- Bimba ¿qué haces?

- Demostrarte que vestirte de rosa no es de chicas. Mírate en el espejo

Galaxio se acercó al espejo que estaba en la entrada de la casa de Mr Plinton. Se miró despacio y sonrió.

- Bimba ¡estoy muy guapo de rosa! Me gusta, estoy muy moderno y puedo usar esto que has creado para mi próximo concierto

Entonces Mr Plinton se acercó a los dos

- ¿Os dais cuenta de que no hay cosas de chicos o de chicas?, todos somos iguales, nadie tiene que decirnos a qué jugar, ni de qué color vestir ni a qué nos tenemos que dedicar. Tenemos que descubrir aquellas cosas con las que disfrutamos y hacerlas con pasión.

- ¿Entonces por qué dicen que jugar al futbol es de chicos, a las cocinas de chicas?, ¿Por qué nos dicen que el azul es de chicos y el rosa de chicas?

- Hace mucho mucho tiempo, alguien decidió clasificar a las personas, y pasaron los años y nos fuimos acostumbrando. Bimba, Galaxio, siempre tenéis que recordar que todos somos iguales y que sois libres para escoger.

Galaxio seguía mirándose en el espejo, cada vez se veía más guapo con aquella ropa rosa. Tal vez debería hacerse un armario

- Bimba, ¿Tú me ayudarías a hacer un armario? incluso siendo chico yo no lo sé hacer

Los tres rieron y Mr Plinton dijo una última cosa

- Bimba, Galaxio, hoy habéis aprendido lo importante que es no clasificar a las personas, si lo hacemos no podremos escoger, y no hay nada más bonito que decidir quiénes queremos ser, pero por nosotros mismos, no por lo que otros nos digan.