Ojó era la mascota de Mr. Plinton, aunque también juega mucho con Bimba y Galaxio. Al principio, Ojó se sentía un poco raro porque Mr. Plinton, Bimba y Galaxio hacían muchas cosas especiales y él, como mascota, a veces creía que sus habilidades no eran tan importantes.

Mr. Plinton explicó a Ojó lo importante que es para los niños y para sus amigos tener una mascota. A veces una mascota tiene un vínculo especial con los niños. Mr. Plinton le contó que el tener una mascota hacía que los niños se tomaran conciencia de la responsabilidad y eso era algo muy importante. Además, las mascotas consiguen querer de forma natural, aunque a veces sean algo traviesas como lo era Ojó. Eso también hace que los niños descubran otro tipo de amor y que desarrollen esta emoción realmente maravillosa.

Mr. Plinton también le contó a Ojó lo importante que era que Galaxio y Bimba se sintieran protegidos por él. Ojó les cuidaba de la misma manera que ellos cuidaban de él.

Bimba y Galaxio en más de una ocasión le habían contado a Mr. Plinton que estaban muy contentos de haber podido compartir experiencias con la mascota, porque les había hecho ser más respetuosos y más sociables.

Bimba fue durante mucho tiempo un poco tímida, pero gracias a Ojó hizo que Bimba fuera cada vez más extrovertida. Ahora Bimba hablaba mucho y se tomaba los problemas de una forma más divertida y relajaba. Reía mucho con Ojó y además le ayudaba a desarrollar ideas geniales para los dibujos que tanto le gustaba pintar.

A Mr. Plinton le encantaba ver, cuando al final del día, Galaxio y Bimba se quedaban dormidos con Ojó en el mismo sofá. No había diferencia en lo que se querían unos y otros, independientemente de que Ojó fuera una mascota.

Cuando Mr. Plinton le contó todo esto a Ojó nunca más volvió a sentirse raro. Ojó siendo mascota podía hacer reír, amar y sentir a los niños. Especialmente a sus amigos Mr. Plinton, Bimba y Galaxio.