Adam se droga para evitar la desconfianza de un narcotraficante

El que fuera profesor de lengua de Adam Ruzek pide ayuda al agente. Su hija Olivia lleva dos meses desaparecida y está muy preocupado por ella. La joven tomaba analgésicos y había vuelto a la universidad tras rehabilitarse.

Ruzek consigue dar con la hija de su amigo. La joven está en la residencia de estudiantes y acaba de sufrir una sobredosis.

Parece ser que es una camella que trabaja para un traficante de drogas muy peligroso llamado Donald Wade. Los de narcóticos van a por ella y se enfrenta a 20 años de cárcel.

Adam quiere detener a Wade y, para ello, se hace pasar por un comprador que desea hacerse con parte de su mercancía. Al final, Wade sospecha de él y, para que la operación no se vaya al traste, Ruzek debe consumir droga muy potente ante él. El agente acaba desmayándose.