Los 5 mejores momentos en los que el pequeño Sheldon muestra su excéntrica personalidad ante sus profesores

Sheldon es un niño muy peculiar. Destaca por su gran inteligencia y su pasión por la física teórica. Con tan sólo 9 años empieza el instituto en Medford High, algo que llama la atención tanto a profesores como alumnos.

Su primer día en el centro escolar, no es como él espera. No consigue hacer amigos y los profesores parece que están en su contra y es que la actitud de Sheldon no es la más adecuada al cuestionar a los maestros y a sus propios compañeros en clase. Asegura que estos últimos infringen las normas del centro por su vestimenta y, por si fuera poco, ridiculiza a una profesora delante del resto de alumnos afirmando que tiene bigote.

La relación tensa de Sheldon con sus profesores va en aumento por su particular personalidad. Cooper cree que tiene la razón por encima de todo y no duda en poner en evidencia a los maestros en la mayoría de los casos.

Una de estas situaciones se vive cuando a la clase de ciencias llega un ingeniero de la Nasa, el doctor Ronald Hodges, que viene del Centro Espacial Johnson para hablar sobre la tecnología que emplean en el despegue y aterrizaje de cohetes. Sheldon no está de acuerdo con sus argumentos y no duda en bombardearle a preguntas incómodas.

Los profesores del instituto se siente intimidados por Sheldon y no están dispuestos a que sus clases sigan siendo cuestionadas por Cooper. Están tan desesperados que algunos ahogan sus penas en el alcohol.

Pero, incluso cuando Sheldon conoce el temario que los profesores están impartiendo en clase y desconecta dando rienda suelta a su imaginación, los maestros no consiguen pillarle desprevenido. El pequeño no presta atención a las explicaciones de ellos, pero tiene la habilidad de contestar correctamente a las preguntas que éstos le formulan.

Esto le ocurre, frecuentemente, en la clase de matemáticas de Evelyn Ingram. La profesora aprovecha muchas veces la ocasión para cuestionar la capacidad intelectual del pequeño, pero nunca lo consigue porque Cooper es brillante y muy inteligente.

Su capacidad intelectual es de tal magnitud que, pese a tener problemas de adaptación en el instituto y no ser un especialista en relaciones sociales, consigue convertirse en el delegado de estudiantes. Su contrincante Nell Cavanaugh, aunque es la más popular entre el alumnado, no puede con él, algo que sorprende a los profesores, quienes no apostaban por su victoria en las elecciones estudiantiles.