Onofre y Emilio escuchan unos extraños ruidos en una pared que les llevan a explorar una parte del museo desconocida hasta entonces para ellos: la sala de desembaladores. Allí conocerán al desembalador número 22 con el que Emilio establecerá una extraña simbiosis.


Por su parte, Rosario mostrará el museo a un grupo escolar y en el que un niño muy impertinente dará la nota en la visita.