Cuando Rallo está cantando Villancicos para los jubilados de un asilo de ancianos con sus compañeros de clase, conoce a un hombre judío un tanto peculiar. Rallo es insultado por el anciano y su profesor le obligará a acudir durante un fin de semana entero al asilo para poder conocer las diferentes culturas y personalidades de los jubilados del asilo. El joven acabará descubriendo que tienen mas en común de lo que se imaginaba. Mientras tanto, Cleveland y Dona tendrán algún que otro problema con el padre de éste.