El caos llega a la vida de Alder Parker con el regreso de su padre a casa

Alder Parker recibe una visita muy especial en su casa: su padre. El anciano, que vivía en una residencia, ha sido expulsado y, de manera temporal, se quedará con él hasta que encuentren otro geriátrico.

Los motivos de su marcha son de lo más peculiares: sus dotes de seducción provocaron que todas las ancianas del asilo se enfrentaran por él. "No es culpa mía que las mujeres no puedan controlarse a mi alrededor. Tu madre siempre decía que desprendía un encanto natural", le asegura su padre, y añade con ironía: "Pero qué vas a saber tú, si ni siquiera has logrado conservar una esposa".

Mientras Parker investiga un caso de asesinato, recibe un mensaje de su padre con la palabra "urgente", lo que lo hace temer que algo grave haya ocurrido. Sin embargo, al llegar a casa, se encuentra con su progenitor completamente tranquilo y sin rastro de ninguna emergencia. Su urgencia no era otra que un problema con el mando de la televisión, que había dejado de funcionar.

Furioso, Alder le advierte que no vuelva a escribirle a menos que sea por algo realmente importante.