Buscando refugio

La arboleda Carol tiene que hacer frente a viejos secretos y al comportamiento psicótico de Lizzie cuando ella, Tyreese y las niñas se refugian en una casa vacía en el camino a Terminus.

En el interior de lo que parece ser una idílica cabaña, el sonido de una pava con agua hirviendo se mezcla con las risas de un niño y a través de la ventana se puede ver dos siluetas aparentemente humanas jugando a la mancha bajo los árboles.

En un tétrico giro, el letargo con que se mueve uno de los cuerpos evidencia claramente que se trata trata de un caminante, aunque al niño que juega con él parece ignorar esta condición y continúa felizmente con el juego. De noche en un improvisado campamento, Carol monta guardia en compañía de Lizzie mientras Tyreese y los otros duermen pacíficamente.

La mujer le dice a la niña que vaya a descansar pero Lizzie responde que quería ayudarla y entonces le pregunta si creía que habrían otros niños viviendo en Terminus. Carol responde que posiblemente y entonces Lizzie menciona cómo asesinó a un hombre y a una mujer para salvar aTyreese y aclara que su intención nunca fue dispararles en la cabeza. Carol simplemente responde que ella hizo lo necesario para salvar a su amigo y entonces Lizzie le pregunta si ella alguna vez tuvo hijos. Con cierta nostalgia Carol le habla deSophia y menciona lo dulce y buena que fue, a lo que la niña le pregunta si era por eso que ella ya no estaba viva. La mujer le responde que así era y además menciona que la extrañaba todos los días. Lizzie le pregunta si a ella también la extrañaría, pero Carol le responde que no tendría necesidad de hacerlo. Tiernamente la mujer envía a la niña a dormir, quien antes de marcharse le da un cálido abrazo. Mientras Lizzie se acuesta junto al resto del grupo, Tyreese murmura algo entre sueños y Carol lo mira entristecida.