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Detenido un hombre tras intentar robar a plena luz del día una máquina con 141 superbolas

A pesar de que Japón es uno de los países con menor índice de criminalidad, eso no significa que en ocasiones den lugar algunos casos como este.

Turista jugando a la máquina expendedora de gashapong

Turista jugando a la máquina expendedora de gashapongAtiwat Studio - iStock

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Japón cuenta con uno de los índices de criminalidad más bajos de todo el mundo según la ONU, y existen varias razones por las que esto es así. Una de ellas tiene que ver con su educación: desde muy pequeños se les enseña las diferencias entre lo moralmente correcto y lo incorrecto, por lo que es muy fácil viajar al país y sentirte 100% seguro en cualquiera de sus ciudades. Sin embargo, esto no significa que en ocasiones sucedan algunos casos alejados.

Uno de los ejemplos más recientes tiene que ver con la hazaña de un hombre que intentó robar en plena luz del día una máquina con 141 superbolas. Este tipo de artificios a menudo se instalan en lugares estratégicos de los centros comerciales. Con solo introducir una moneda, recibimos una bola con un juguete completamente aleatorio. Seguro sabes a qué tipo de máquina nos referimos, por lo que la hazaña te resultará de lo más hilarante.

Los hechos sucedieron el pasado 21 de diciembre en la ciudad de Tomakomai, en la prefectura de Hokkaido aproximadamente sobre las 10:30 de la mañana. A pesar de que uno de los aspectos que más caracterizan al lugar es la tranquilidad y la paz que transmite su increíble naturaleza, todo ello se vio sacudido por un hombre con pasamontañas que se acercó a dichas máquinas de juguetes de un centro comercial.

Máquina de gumball
Máquina de gumball | Envato

El hombre en cuestión empezó a desmontar una de las máquinas de bolas que medía un metro, contenía 141 bolas y 1.800 yenes (unos 13 euros si convertimos la moneda) para llevársela. Ahora bien, lo sorprendente es que el delincuente llevó la máquina al hombro hasta un pasillo que conecta la zona comercial con la estación de trenes pero, sin embargo, se detuvo y un empleado le llamó la atención.

“No estoy robando” y después, nervioso, empezó a correr hacia la estación dejando la máquina de bolas atrás. El empleado llamó a la policía y lo arrestaron. Tras ser interrogado y detenido, el hombre de 26 años alega que se llevó la máquina, pero que no tenía intención de robarla.

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