ENTREVISTA IAMJP
iAmJP: "Ser jugador de Clash Royale implica reinventarse y estar siempre preparado"
El jugador de Team Queso desvela las claves de su éxito que durante su trayectoria profesional han servido para convertirle en campeón del mundo.
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Cuando ganas un mundial pocas cosas hay en la vida en la que puedes sentirte tan realizado. El trabajo para haber llegado hasta el final y coronarte en la cima del mundo hace que el pecho de uno se hinche hasta el máximo. Los esports también permiten esta oportunidad y en Team Queso lo saben bien.
Los periodistas tenemos esa bendita oportunidad de acercarnos a ellos y en este caso iAmJP nos ha concedido el lujo de contarnos su experiencia y el recorrido que ha tenido hasta llegar a esta cima.
El campeón mundial con Team Queso ha visto como en cuestión de 3 años todo este esfuerzo se ha visto recompensado. Sus inicios en Dignitas ya le habían puesto en el foco del competitivo provocando así su fichaje por x6tence, KIX y finalmente por los quesitos. Desde el 4 de febrero de 2020 el idilio entre el club de Alvaro845 y él ha parecido más una utopía soñada por cualquier fan.
No obstante, no se puede pensar que todos los éxitos del club le han llovido del cielo. La constancia, la gaming house o los coaches es esa simbiosis que ha provocado un crecimiento personal y profesional que lo han llevado hasta este punto. “La mezcla de todas estas cosas viene de un trabajo individual aunque hay que decir que las ganas y lo que te aporta el club es fundamental para crecer en el sector”.
Asimismo, ser jugador de Clash Royale es complicado de definir. Cualquiera que quiera subirse al carro del título de Supercell ahora mismo no va a tener los mismos matices que aquellos que llevan haciéndolo los últimos años hasta el punto de que “no se puede llegar a jugar ninguna competición y tratar de destacar de golpe. La necesidad por acostumbrarte al sector y sobre todo la progresión básica que tiene es lo que a fecha de hoy da las mayores facilidades”.
Pese a tener una situación apacible en la actualidad, ser campeón del mundo no se consigue en un día. El camino por el que ha pasado iAmJP “ha sido trayecto de muchos sacrificios, mucho juego y entrenar muchísimo”. Quizás las personas que lean esta pieza se sorprendan acerca de esto, pero lo cierto es que al igual que él, el resto de compañeros profesionales también mejoran día a día y no hay que bajar los brazos porque el juego se renueva y aparecen nuevas mecánicas que se deben pulir y perfeccionar.
La Clash Royale League como la conocíamos ya es el pasado y toca reinventarse y el mundialista lo sabe bien. Esta adversidad no es un impedimento sino una nueva forma de crear contenido y labrarse una importancia a nivel individual. “Si la CRL decide quitar los equipos y priorizar en jugar las competiciones individualmente toca adaptarse a tope para tratar de clasificarse. Aun así, esto tiene la parte positiva en la que se premia más a los jugadores que son buenos en el momento y no depende tanto del grupo, aunque me da pena que se haya perdido ese trato con los equipos que son los que realmente dan vida a la competición”.
La gaming house de Team Queso se ha convertido en la oficina maestra del equipo donde todas las operaciones del roster pasan por ella. El compañerismo, el trato y el respeto son las patas de la mesa sobre las que se desarrolla esta estabilidad del equipo. Por su parte, iAmJP la evalúa de forma positiva, aunque como en las mejores familias, “tiene sus cosas buenas y sus cosas malas”. Sin embargo, “el buen rollo que se respira” corrobora esa piña que se ven que son.
La simbiosis entre Clash Royale y Team Queso es uno de esos amores que parece no tener fin. En su caso, el jugador de los quesitos buscará “superarse a sí mismo tanto a nivel competitivo, personal y profesional”. La ambición de iAmJP no tiene límite y tal y como se presentan las expectativas de este año en Clash Royale le hacen querer ser más ambicioso que nunca. Con los mundiales en el horizonte, el mensaje que manda a la afición es que sigan creyendo en él que queda Joan para rato donde el techo está más lejos que una torre protegida por hordas de esqueletos y duendes.
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