Robyn McCall enseña a su hija Delilah técnicas de autodefensa y seguridad personal

La hija de Robyn McCall, Delilah, siente la necesidad de aprender a defenderse ante cualquier adversidad que pueda encontrar fuera de casa. A escondidas, le pide a Melody, que trabaja junto a su madre, que le enseñe defensa personal. Esto disgusta profundamente a la exagente de la CIA cuando descubre lo que su hija está haciendo sin su consentimiento.

McCall le promete a su hija que ella misma le va a enseñar técnicas de autodefensa y seguridad personal y le da algunas pautas básicas para que empiece a practicar.

Robyn lleva a Delilah a un parque concurrido y le pide que observe a todas las personas que hay a su alrededor. Le explica que, en espacios abiertos, es crucial agudizar el oído y no confiar en nadie. También, le advierte que, ante el peligro, a veces la mejor opción es huir en lugar de enfrentarse directamente al enemigo. Delilah escucha atentamente los consejos de su progenitora, pero le resulta difícil asimilar tanta información de una sola vez.