Le ha costado aceptarlo, pero Samantha se rinde a la evidencia: ve fantasmas

En plena bronca con su marido por el futuro de la mansión, Samantha tropezó con el jarrón que Trevor tiró al suelo y se cayó por las escaleras. El golpe fue terrorífico y Jay la tuvo que trasladar al hospital. Han sido días de mucha preocupación pero, al final la cosa se ha solucionado y Samantha se ha recuperado. Jay lo ha pasado muy y se siente responsable por lo sucedido, así que decide darle una nueva oportunidad a la casa. Al llegar, Samantha saluda a Trevor al que confunde con un empleado de la construcción. La conmoción entre los fantasmas es total, pues nadie hasta ahora había logrado verles.

La que realmente se lleva un susto de muerte es Samantha que comienza a ver personas extrañas en la casa que sólo ve ella. Aunque los fantasmas le dicen lo que son, ella se niega a creerlo y acude a un especialista, pues considera que quizá no se haya curado del golpe todavía. La realidad es que Samantha está bien, solo que al haber estado tan cerca de la muerte, ha logrado una 'extraña habilidad' para poder ver e interactuar con los fantasmas. Ellos, en cuanto lo confirman, quieren convertirla en su interlocutor con el mundo real y se ponen ha hablarle y a pedirle cosas sobre sí mismos.