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Y AÚN ASÍ, LA SITUACIÓN SE TORCIÓ

El disparatado gesto de un cocinero como respuesta a un cliente quejica

Si alguna vez vas a tener que pedir disculpas en Japón, ve mentalizándote que igual tienes que raparte la cabeza.

El disparatado gesto de un cocinero como respuesta a un cliente quejica

El disparatado gesto de un cocinero como respuesta a un cliente quejicaPixabay

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Una de las tradiciones más emblemáticas de Japón a la hora de pedir disculpas es afeitarse la cabeza. Sin duda es algo por lo que no todos están dispuestos a pasar, pero en el país nipón aún en pleno 2021 se sigue llevando a cabo. Un reciente caso ocurrido en un puesto de comida japonesa se ha convertido en viral debido, no sólo a que su dueño tuvo que raparse, sino también al giro que daba la situación a posteriori.

El dueño de un puesto de takoyaki (esas deliciosas albóndigas de pulpo japonesas) tuvo que afeitarse la cabeza en señal de disculpa por la queja de un cliente. La queja en cuestión estaba relacionada por haber encontrado un pelo en su takoyaki, algo bastante desagradable para cualquiera que acude a un restaurante o puesto de comida.

El propietario del puesto puso un mensaje en redes sociales hablando de la situación. 'El otro día recibí una queja de que un cliente había encontrado un pelo en su takoyaki. Pido disculpas sinceramente por causar al cliente una incomodidad tan inexcusable. Junto con estos profundos pesares, me he afeitado la cabeza y no volveré a cometer el mismo error'. Un texto que sin duda honra al dueño del local, convirtiéndose en viral a través de Twitter alabando sus palabras y reacción.

Al tratarse de un puesto de comida rápida y en el que el dueño tenía la dirección del cliente, decidió presentarse en su casa. En un país donde la limpieza lo es todo y aún más el respeto por el cliente, nuestro protagonista tenía algunas dudas. Cuando se presentó en casa del cliente, le recibió la mujer de éste. Pidió que le enseñara el cuenco en el que había encontrado el pelo. Para su sorpresa, el dueño del local descubrió que en realidad el takoyaki había sido comprado en otro stand, no el suyo.

Una situación cuanto menos peculiar y cuyo único punto positivo que puede sacar en claro ha sido tener un corte de pelo fresco y listo para el caluroso verano que está por llegar a Japón.

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