Objeto de coleccionismo: Pagan auténticas barbaridades por antiguos casetes

Dicen que las modas son pasajeras, pero también con el paso del tiempo vuelven con más fuerza que nunca. En la música no es menos, y no hablamos precisamente de ciertos estilos o géneros, sino del formato en sí en el que la escuchamos. El vinilo es un claro ejemplo, poniéndose de moda desde hace unos años pero también ahora el casete, todo un referente en los 80.

Si bien parece que esta moda para escuchar música en casete se introduce poco a poco en Occidente, en Japón está causando auténticos estragos. La sensación del formato es tal en el país del sol naciente que si en la década de los 2000 podíamos ver estanterías repletas de casetes, en pleno 2021 las personas pagan auténticas ‘millonadas’ por ellos.

Se especula que en algunos casos ciertos modelos de casete se han llegado a pagar por el precio de un viaje en ferry por todo el país, cuyo precio asciende a 10.000 yenes, unos 100 euros al cambio. Uno de los modelos más buscados entre los usuarios japoneses es el Tipo IV, un tipo de casete que ofrece la mejor calidad de grabación a la hora de crear nuestra propia playlist personalizada con el equipo adecuado para ello.

Por supuesto la reventa está a la orden del día. Más allá de que el tipo de cinta sea el citado anteriormente, Tipo IV, también se busca el que por supuesto el casete esté a estrenar. Japón ha sido uno de los países pioneros en este formato. Desde 1966 y con la entrada de Maxwell, el casete siempre ha gozado de una gran popularidad gracias a su facilidad de uso y manejo. La segunda vida del formato llegó a principios de los 80 con el lanzamiento del Walkman, el emblemático reproductor de Sony.

El resurgir del casete está ligado directamente al carácter nostálgico de su formato, al igual que el VHS en el cine o el cartucho en los videojuegos. En un mundo cada vez más digitalizado, son cada vez más los usuarios que deciden dar el salto a tener su propia colección que abarque este estilo tan propio de los 80 o 90.