El equipo de Robin logra evitar la tragedia en Nueva York pero su familia queda marcada

Harry y Mel han logrado deshacerse de la bomba sucia en el último momento, aunque Quinn logró detonarla. Tras unos primeros instantes de confusión, Robin logra contactar con ellos y descubrir con alivio que todo ha quedado en nada y que Quinn no ha logrado su objetivo.

Ahora Quinn se enfrentará a prisión y todo el mundo podrá respirar tranquilo. Pero antes de todo, Quinn tiene tiempo para amenazar a Robin con perseguirla. Amenaza directamente a su familia y Robin sabe que a partir de ahora tendrá que tener mucho cuidado con ellos. El siguiente paso de Robin será explicarle a su hija su verdadera profesión.