HISTORIA TERRIBLE
Un símbolo infernal en la Tierra: el famoso reloj de la familia Mikamo
Una historia trágica que refleja el horror de una ciudad entera sumida en la guerra. Una de las historias más conocidas procedentes de Japón.

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En la historia pocos relojes tienen el significado histórico como el de la familia Mikamo y, desde luego, ninguno tan trágico. El popular reloj llegó a ser un reflejo de los horrores de la Segunda Guerra Mundial, e incluso fue protagonista de numerosas exposiciones de las Naciones Unidas.
Para entender el inicio de la historia hay que remontarse a 1945, durante la recta final de la Segunda Guerra Mundial. Shinji Mikamo era un joven de 19 años por aquel entonces, y el 6 de agosto de 1945 estaba ayudando a su padre a desmantelar por completo su casa. ¿El motivo? Como bien recordaréis la fecha mencionada es en la que el ejército americano bombardeó Hiroshima, matando a decenas de miles de civiles y, junto con el desastre similar de Nagasaki, cerrando el papel de Japón en la guerra. Sin embargo, la familia Mikamo todavía no sabía lo que se le venía encima.
Estaban desmantelando su casa porque el gobierno japonés había ordenado la creación de cortafuegos en las principales ciudades ante el riesgo de ataque americano. La casa de los Mikamo tuvo la mala suerte de localizarse en medio de la trayectoria de estos cortafuegos, que eran espacios diseñados para evitar que las llamas se propagasen por las ciudades. La familia no tuvo otra opción que dejar su hogar y desmontarlo por completo.
Un recuerdo de los horrores de la guerra
Sin embargo, mientras estaban a ello sucedió la catástrofe. La bomba de Hiroshima estalló, reduciendo la ciudad y a gran parte de sus habitantes a cenizas. Sin embargo,Shinji consiguió sobrevivir, aunque completamente calcinado por la explosión y muy cerca de la muerte. Finalmente los servicios médicos consiguieron rescatarle y sanarle, su madre y su hermano no tuvieron la misma suerte, y murieron por sus heridas. Nada se supo nunca de su padre.
Una vez recuperado Shinji volvió a visitar el lugar donde había estado su casa. Encontró poco más que escombros y cenizas, pero algo brillante llamó su atención, era el reloj de muñeca de su padre. La explosión había reventado el cristal y quemado las manecillas, pero el fuego había marcado la hora en la base, las 8:15. Shinji donó el reloj a las Naciones Unidas, se casó y tuvo varios hijos. Usó el reloj de su padre como un recordatorio de la importancia de la paz, para que no se olvide el día donde “el universo explotó”, tal como lo él lo describe.
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