La historia de cómo una consola que fracasó por completo cambió los videojuegos para siempre

Los cartuchos se han convertido en uno de los formatos más emblemáticos y queridos de la industria del videojuego. Ya sea por su estilo único, ideales incluso para coleccionar o capaces de aguantar mucho más el paso del tiempo que los CD/BluRay, los cartuchos tienen ese "algo" especial que los diferencia del resto de formatos.

Pero, ¿cuándo nacieron los cartuchos y a qué se debe este peculiar formato? El protagonista de la historia es Norman Alpert, un ingeniero que daría cabida a los cartuchos en la industria del videojuego, permitiendo así el cambiar entre juego y juego con un simple gesto. Desgraciadamente, su idea también tuvo ciertos daños colaterales.

Su empresa, Alpex Computer, tenía que idear un sistema que fuera capaz de ofrecer un formato capaz de permitir intercambiar juegos. Hay que tener en cuenta que hablamos de mediados de los 70, época en la que las máquinas arcade sólo ofrecían un único juego. Qué aburrimiento, ¿verdad?

La idea iba cobrando forma en la cabeza de Norman y su equipo. Para diferenciarse del concepto de los videojuegos de la época tenían que ser capaces de ofrecer un sistema en el que la plataforma o consola sólo se encargara de ejecutar los videojuegos; mientras que éstos pudieras cambiarlos entre uno y otro sin problema. Nacía así el concepto de videojuego que conocemos a día de hoy. Ahora sólo faltaba el formato, aunque ya había alguna idea para ello.

Nacían así dos proyectos que pondrían los cimientos en la industria: Magnavox y Channel F; las que posiblemente sean las primeras consolas reales con cartuchos. A priori lo tenía absolutamente todo: chips con el título en cuestión y una carcasa exterior que permitía protegerlo. No obstante y con un mercado cada vez más en auge era de esperar que otras compañías quisieran su trozo del pastel. Este fue el caso de ATARI quien en 1977 lanzaría su Atari 2600, rompiendo todos los esquemas en el mercado y convirtiéndose en la máquina que todos los niños querían. El resto, como ya estaréis imaginando es historia. Años después Nintendo se sumaría a este mercado, al igual que SEGA. Ambas empresas se convertiría en las reinas indiscutibles de los videojuegos durante la década de los 80 y 90.