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MOVIMIENTO CRITICADO

El primer gran engaño de Steve Jobs que catapultó su carrera

El genio de Google lo intentó en varias ocasiones con los videojuegos, algunas de ellas con acciones no muy acertadas.

Steve Jobs para Fortune

Steve Jobs para Fortune Fortune

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Breakout es uno de los juegos clásicos más recordados de todos los tiempos, de eso no cabe duda. Hablamos de un título en el que el jugador debía asumir el rol de una barra mientras ésta debía hacer rebotar una pelota contra una ingente cantidad de bloques para obtener la mayor puntuación posible.

Hasta aquí todo normal. Tras varios meses de desarrollo el juego se convirtió en un rotundo éxito, pasando desde entonces a formar parte dentro de la industria como uno de los títulos más emblemáticos e incluso influyentes jamás realizados. No obstante, el que más tarde fuera una de las mentes creativas dentro del mundo de la tecnología también participó en el proyecto. Hablamos de nada más y nada menos que Steve Jobs.

Steve Jobs y su socio Steve Wozniak
Steve Jobs y su socio Steve Wozniak | antena3.com

Tenemos que remontarnos a los orígenes de la idea de Breakout con Nolan Bushnell y Steve Bristow al frente. De ello nacería el concepto de crear un videojuego similar al Pong pero que en esta ocasión pudiera ser disfrutar por un único jugador. Para ello contrataron a Steve Jobs bajo la promesa de 750 dólares con el fin de desarrollar el prototipo y 100 extra por cada chip que fuera eliminado del proyecto.

Cabe destacar que hablamos de 1975, una época en la que desarrollar un videojuego podía convertirse en un auténtico dolor de cabeza. En el caso de Atari, la compañía que solicitó la creación del prototipo de Breakout a Jobs, los juegos se creaban mediante chips TTL; dependiendo su proceso de quitar y poner varios chips en el caso de realizar una variante de otro título, en este caso Pong. Ya os podéis imaginar el auténtico quebradero de cabeza que supondría esto, ¿verdad?

Steve era consciente de ello, del tremendo esfuerzo que suponía desarrollar un prototipo así, pero no dudó un momento en prometer a Atari que tendría el trabajo en tan solo 4 cuatro días. Jobs, y que por aquel entonces abandonó la universidad para dedicarse en cuerpo y alma a la compañía, acudió a los servicios del que por entonces era su mejor amigo, Steve Wozniak.

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Imagen no disponible | Atresmedia

Después de que Jobs le indicara el trabajo que había solicitado Atari y tras ofrecerle a Wozniak la mitad de sus 750 dólares; éste último accedió a regañadientes. En cuestión de cuatro días y varias noches sin dormir, Wozniack consiguió reducir en 50 el número de chips TTL y presentar finalmente el proyecto a Jobs con el fin de que éste pudiera hacer lo propio a Atari.

¿Qué hizo Jobs? Ni corto ni perezoso, y a pesar de que más tarde en Atari no entendieron el proyecto de Steve por lo que tuvieron que contratar a un nuevo ingeniero, el que más tarde fuera el fundador de la multimillonaria empresa de la manzana se enfundó la friolera de 5.000 dólares para su uso y beneficio; pagando tan sólo los 375 prometidos a su amigo Wozniak. Ambos continuaron años más tarde trabajando en Atari y desarrollando juegos que en mayor o menor medida triunfarían en el mercado.

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Imagen no disponible | Montaje

Ya en 1976, tanto Jobs como Wozniak comenzaron a desarrollar el Apple II; el ordenador que lanzaría al éxito a ambos nombres, convirtiendo así a Apple en una de las compañías que mayores beneficios genera año tras año en el mundo de la tecnología.

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