CONSIDERADOS OBRAS DE CULTO
Videojuegos que apuntaban a convertirse en un éxito y fueron un rotundo fracaso
Da igual el nivel de inversión en un videojuego, si éste no consigue conectar con el público se convertirá en un fracaso.
Publicidad
Desarrollar un videojuego en la actualidad requiere de una inversión económica muy alta por parte de los estudios, ya sean lanzamientos AAA o de corte independiente. Nadie te asegura un éxito instantáneo de un videojuego por mucho presupuesto que tenga detrás, y si no, que se lo digan a varias de las consideradas como obras de culto que, en su momento, fueron un rotundo fracaso en ventas.
Grim Fandango es una de las aventuras gráficas más recordadas de Lucas Arts. Un título imprescindible para cualquier amante del género. A pesar de ser definida como una experiencia redonda en su categoría, el lanzamiento del videojuego fue un verdadero desastre. Transcurrido un año desde su llegada a PC, Grim Fandango sólo había conseguido vender 100.000 copias. El paso del tiempo lo convirtió en obra de culto, una obra maestra incomprendida en su momento a causa de la popularidad de otros géneros.
Mucha peor suerte corrió Duke Nukem Forever. Después de un tortuoso desarrollo que se alargó durante años y de una inversión que alcanzó los 30 millones de dólares, el último juego de la saga pasó a engrosar la lista de peores shooters de la historia. Bugs, jugabilidad desfasada y una duración más que cuestionable fueron sus principales cartas de presentación’.
John Romero es parte importantísima de la historia de los videojuegos. A fin de cuentas es el padre de los shooters junto a John Carmack. A ambos les debemos sagas como DOOMo Quake. A finales de los 90, Romero se desvinculaba de Id Software para fundar su propio estudio con el objetivo de publicar el que, atentos, sería el mejor fps de la historia. Según él, claro. El producto final fue Daikatana. Una inversión de 27 millones de dólares, un terrible desarrollo que afectó a la calidad del videojuego y en definitiva, un shooter para olvidar.
Si hablamos de auténticos fracasos en la industria, E.T se lleva la palma. Pagar en 1982 hasta 22 millones de dólares por una licencia para desarrollar un videojuego era algo impensable. A pesar de que la película fue un éxito mundial, al videojuego no le fue tan bien. Se produjo en tan solo 5 semanas y fue desarrollado por una sola persona. Aunque el propio Spielberg dio el visto bueno antes de su lanzamiento tras probarlo, el público comenzó a realizar devoluciones masivas. El desastre fue tal, que ATARI se deshizo de las copias sobrantes enterrándolas en el desierto.
Publicidad