¿Maltrato animal en Super Mario? Un oscuro secreto reconocido por Nintendo

Super Mario y Yoshi son, posiblemente, dos de los personajes más conocidos y queridos del mundo de los videojuegos. Entre los muchos títulos y aventuras que ambos han protagonizado, Super Mario World es uno de los más emblemáticos. No obstante, entre el desarrollo del juego se ha escondido un oscuro “secreto” que no todos los fans conocen.

¿Golpea Mario a Yoshi para que la adorable criatura pueda atacar? Esta es la teoría que circula por internet desde hace muchísimo tiempo y que ha generado todo un debate a su alrededor. Los usuarios no han dudado en realizar exhaustivos análisis para comprobar si realmente el ya exfontanero golpea al bueno de Yoshi, o si por el contrario le señala un punto o dirección hacia el que debe dirigir su lengua.

La explicación oficial de Nintendo

Lo destacado del asunto es que la propia Nintendo ha llegado a pronunciarse sobre el tema. Takashi Tezuka, uno de los desarrolladores del juego y por ende de Yoshi no ha dudado en salir a la palestra para aclarar la situación. Tal y como explica para la revista oficial, Shigeru Miyamoto y padre de Super Mario quería que el personaje montara a caballo. “Creo que le encantan los caballos. Cuando desarrollábamos Super Mario Bros 3 dibujó a Mario montando a caballo. Es por ello que cuando hicimos Super Mario World y creamos el mundo de los dinosaurios dibujamos a Mario encima de un reptil”; explica Tezuka.

Shigefumi Hino, otro de los desarrolladores del título en su momento, desveló todo el entramado. “Mucha gente piensa que mientras Mario está subido en Yoshi señala un punto para que éste saque su lengua”; apunta. “Sin embargo, la puesta en escena que yo dibujé en un primer momento es que Mario golpea en la cabeza a Yoshi para que el personaje saque la lengua”.

La historia no termina aquí, pues en palabras de Hino “en un primer momento añadimos un sonido cuando se producía el movimiento, pero creímos que la gente diría “pobre Yoshi”, así convertimos el movimiento en una especie de “¡Vamos!””, concluye el creativo japonés.