JUGADOR DESQUICIADO
Mata a su vecina porque su loro lo insultaba todo el día
Un jugador llevó al extremo perder partidas, acusando a su vecina de enseñar a la mascota varios improperios para molestarlo.
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Ver para creer. A sangre fría y sin ningún tipo de remordimiento un hombre ha asesinado de varias puñaladas a su vecina. ¿El motivo según ha declarado a los oficiales encargados del caso? Aún más sorprendente: “mi vecina enseñó a su loro todo tipo de insultos mientras yo me dedicaba a jugar a la consola”.
Ignazio Frailis de 46 años reconoció los hechos. Tal y como relataba Eugenio Fatone, oficial de policía que se ocupó de la detención “Frailis estaba increíblemente furioso, pero no tardó en calmarse”. Maria Bonaria Contu, la mujer asesinada de 60 años de edad y madre dos hijos, no pudo defenderse en ningún momento de las agresiones de Ignazio, siendo un amigo de ésta quien descubrió horrorizado el cuerpo.
Según confirmó Frailis después a los investigadores, las causas que le llevaron a cometer tan atroz crimen radican en que Frailis enseñó a su mascota, un loro, todo tipo de improperios e insultos que éste dirigía al hombre mientras jugaba a su consola. “Se pasaba todo el día delante de la pantalla. Escuchar todo el día a aquel loro insultándole se convirtió en una obsesión. No dejamos fuera del caso ciertos problemas mentales, pero ni el peor de los loros justifica esto”; alega el magistrado de la zona.
El oficial Fatone trató de hablar con familiares de ambas partes, sugiriendo a la familia de la víctima que “lo mejor hubiera sido poner el loro en otra habitación y no en frente de la ventana de Frailis”. El tío de éste, Dario Serra, explicó a los medios locales que “Frailis no es una persona violenta, es bueno, cuida de gatos y perros, jamás haría daño a nadie”.
¿Nos vuelven violentos los videojuegos? El eterno debate tiene respuesta
Los videojuegos llevan décadas con nosotros. Desde los 80 el fenómeno no ha hecho más que ir en aumento, pero encontramos en la década de los 90 como el punto álgido y casi de partida para la entrada del fenómeno en nuestros hogares y más allá de ellos, véase por ejemplo los ya clásicos recreativos.
A partir de la gran proliferación de los videojuegos como mercado y entretenimiento, la amplia variedad de títulos a disfrutar en las distintas plataformas era una obviedad. Surgieron nuevos géneros, se mejoró la experiencia visual pero también se fue un paso más allá a la hora de desarrollar títulos. En este sentido, el target de usuarios iba desde a los más pequeños de la casa pasando por los más adultos.
Puede que a día de hoy no nos sorprenda encontrar obras enfocadas a todas las edades, pero por aquel entonces era algo extraño, más aún si tenemos en cuenta que hablamos de un mercado que acababa de nacer. Fue desde entonces cuando se hablaba - y criticaba - la violencia que utilizaban diversos videojuegos para promocionarse, pero también influenciar al jugador.
El debate y polémica sobre si nos vuelven violentos los videojuegos no ha hecho más que ir en aumento. Es por ello que el estudio de Christopher J.Ferguson de la Universidad de Stetson - Florida - declara con total rotundidad que no podemos relacionar los dos conceptos: Violencia y videojuegos.
Tal y como expone Ferguson, desde 1996 hasta 2011 la publicación de videojuegos violentos no ha hecho más que ir en aumento; pero igualmente se ha experimentado un menor número de crímenes entre adolescentes, a priori la edad promedio que más suele jugar a videojuegos.
Un estudio que, para más señas, se dilata hasta 15 años en la industria del videojuego. La más joven hasta la fecha si atendemos a otros sectores que generan idénticos ingresos - o en este caso por encima - superiores a lo visto en el cine o la música por ejemplo. El estudio de Christopher J.Ferguson solo hace confirmar que videojuegos y criminalidad no tienen porque ir ligados, cogidos de la mano. Dos conceptos diferentes y que en contra de lo que muchos puedan, confirma que “no hay relación entre la violencia en los medios y el comportamiento de una sociedad, sino que también pone en duda la metodología de los estudios previos", tal y como explica el propio psicólogo.
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