SEGÚN UN ESTUDIO
Toda la vida equivocado, jugar a videojuegos es bueno para tus hijos
La próxima vez que tus hijos te pidan jugar a la consola, piensa en que tiene grandes beneficios para su crecimiento.
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¿Debo jugar a videojuegos a mis hijos? ¿Qué edad es la recomendada para que disfruten de los videojuegos? ¿Cuánto tiempo deben pasar con el mando en las manos? Seguramente estas y otras preguntas han pasado por la cabeza de muchos padres. Una pregunta que, precisamente y en la mayoría de los casos, no ha encontrado una respuesta certera.
Ahora, y gracias a un estudio realizado por varios científicos, se ha comprobado que los videojuegos pueden suponer una fuente primordial para el crecimiento de los más pequeños. En pleno 2017, son varios los dispositivos en los que disfrutar del secto. Ya sea en las clásicas consolas, Xbox, PlayStation o Nintendo; pero también abriéndose camino y con más fuerza en el terreno de los dispositivos móviles. Independientemente de la plataforma seleccionada, los videojuegos han copado todo tipo de públicos.
Es precisamente este campo, el de los juegos para móviles, el que ha experimentado un auge impresionante en los últimos. El motivo es bien sencillo, tenemos en las manos un dispositivo apto para cualquier tipo de actividad y con el que los niños pueden familiarizarse rápidamente junto a la supervisión de sus padres.
Marc Palaus, de Frontiers in Human Neuroscience, asegura que los “juegos han estado en numerosas ocasiones demonizados, a menudo sin datos reales que los justifiquen. En cualquier caso, jugar a videojuegos es una actividad muy popular en la actualidad por lo que parece que todo el mundo tiene una opinión formada al respecto”.
Palaus fue el responsable de un estudio que se llevó a cabo en el que participaron 116 estudiantes. Durante la investigación se intentó demostrar cómo los videojuegos afectan a la actividad cerebral y estructura de nuestro cerebro. 22 de los estudiantes tuvieron cambios estructurales en el cerebro, mientras que el resto sufrió varios cambios funcionales en el mismo.
El estudio demostró que los videojuegos pueden ser una herramienta para cambiar la forma en la que se comporta nuestro cerebro e incluso la estructura. Por ejemplo, varios videojuegos potencian la atención, ya sea de carácter sustancial o bien selectiva.
Por supuesto, y este es uno de los problemas que más preocupa a los padres, los videojuegos pueden convertirse en una adicción. Estos trastornos también aparecen en otros fenómenos igual de adictivos, producidos en gran medida por cambios funcionales y estructurales en el sistema de recompensa neuronal.
Llegados a este punto, ¿qué provocan precisamente esos cambios - positivos - en el cerebro? “Nos hemos centrado en cómo el cerebro reacciona a la exposición de videojuegos, pero esos efectos no siempre se trasladan en cambios a la vida real”; comentaba Palaus.
“Las investigaciones sobre videojuegos se encuentran ahora mismo en su infancia, es pronto para conocer más datos al respecto. No obstante, los videojuegos tienen cosas positivas, en especial en mejorar el nivel de atención, visual y habilidades motrices; pero también puntos negativos. En este aspecto hablamos de un alto riesgo de adicción; por lo que debemos de aceptar la complejidad que supone este estudio”; concluye.
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