CONSEJOS PARA PADRES
¿Es bueno llevar un estricto control con los videojuegos de mi hijo?
En ocasiones los padres nos preocupamos mucho por lo que ven y juegan nuestros niños pero, ¿es bueno esto?
Publicidad
Nadie duda de que hay videojuegos aptos únicamente para mayores de edad, o incluso videojuegos de extrema violencia con contenidos que podrían afectar hasta a las personas más adultas. Sin embargo, a veces el control que un padre llega a ejercer sobre un hijo puede llegar a ser excesivo y contraproducente. Y no, no estamos diciendo que os despreocupéis totalmente del controlar vuestros niños, sino que os aconsejamos no estar con la vigilancia 24/7.
Para quienes hemos jugado o visto series anime de pequeños, tenemos conocimiento de la mala sensación que un niño tiene al ser controlado por su padre y escuchar un "este juego es muy violento" o directamente ver cómo se nos apaga el mismo. De nuevo, volvemos a aconsejar revisar el PEGI, ya que en ocasiones hasta se llega a prohibir jugar a títulos aptos para mayores de 7 o 12 años, incluso cuando nuestro hijo ya ha cumplido esta edad.
El PEGI es el sistema que tienen los videojuegos para clasificar por edades y contenidos. Estas dos cosas aparecen en la portada y contraportada de los videojuegos, clasificando cada título apto para menores de 3, 7, 12, 16 o 18 años, y determinando si este incluye escenas de miedo, violencia u otro tipo de contenidos inadecuados. Ver esto es tan simple como fijarse en la esquina de la portada para la edad, o en unos pequeños iconos que aparecen en la contraportada, en caso de tener contenidos inadecuados para menores o modo en línea.
A cambio, lo que sí hay que hacer es explicar a nuestro hijo que lo que ocurre en un videojuego, se queda en el videojuego, pues discernir realidad del mundo virtual es lo más importante de cara a los más jóvenes. Y es que una cosa es que nuestro hijo pegue un puñetazo en un videojuego a que se lo pegue a un amigo. En los videojuegos puede ser muy divertido, pero en la realidad no es nada bueno.
Por otra parte, tenemos que tener en cuenta que llegado a ciertas edades, llevar a cabo un estricto control no es nada bueno. Un niño tiene que tener su propia libertad, sus momentos de evasión de los padres, momentos para estar con los amigos... estar en todo momento vigilándolo únicamente ayudará a aumentar su rechazo hacia nosotros y a evitar que este tenga su propia diversión.
Eso sí, la educación tiene que estar a la orden del día; y en este sentido lo mejor es dar ejemplo evitando todo tipo de palabras malsonantes, agresiones o enfados exagerados de cualquier tipo.
También hay que tener presente que cada persona tiene su personalidad; no, aún cuando le enseñamos de la mejor forma, nuestro hijo no tiene por qué imitarnos, por lo que llegado a cierto punto es posible que sea inevitable cambiar un comportamiento. Y sí, un niño puede acabar siendo influído por un videojuego, pero tarde o temprano dejará de ser un niño, por lo que lo más importante es, en su momento, prepararlo con una buena educación.
Publicidad