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SE DISPARAN LAS ALARMAS

¡Cuidado! La nueva arma de los pederastas es este exitoso videojuego

En los últimos meses se han disparado los casos de pederastia utilizando como medio uno de los juegos más populares del momento.

Pederastia

Pederastia

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Minecraft es uno de los juegos más populares de todos los tiempos. Con millones de ventas a la espalda, la obra de Mojang ha conseguido hacer millonario a su creador, Notch. Jugado en especial por multitud de jóvenes entre 12 y 18 años; este título de construcción se ha convertido en los últimos meses en el lugar predilecto por los pederastas para llevar a cabo sus ataques.

El más reciente ha tenido lugar hacer escasos días en Reino Unido. Adam Isaac de 23 años ha sido sentenciado a cumplir dos años de prisión por incitar a todo tipo de actos sexuales a dos chicos de 12 y 14 años que conoció a través de Minecraft. No termina aquí la historia del pederasta, pues en 2015 ya fue arrestado por tener en su posesión una colección de fotos de menores.

Minecraft Story Mode
Minecraft Story Mode | Defconplay

La juez que lleva el caso, Rachel Knight, aseguró que “Adam ofrecía todo tipo de regalos a los jóvenes en Minecraft. Muchas veces se trataba de regalos vía Paypal que podían usar en el juego; ganándose así rápidamente su confianza”.

Con el fin de llevar un poco más allá su “amistad”, Isaac pasaba del chat del propio juego a otras aplicaciones como Skype mientras jugaba con los chicos en Minecraft. “Durante las conversaciones en Skype, tendía a dirigir éstas hacia el terreno sexual, mandando posteriormente fotos pornográficas a través de Snapchat.

Tal y como relataba uno de los familiares de las víctimas, “todavía estamos asumiendo todo lo que ha pasado. No podemos imaginar la suerte que hemos tenido de que esto no fuera a más. Esperamos que pronto podamos volver a la normalidad y que nuestro hijo sea el de siempre”.

Minecraft
Minecraft | Defconplay

En última instancia, uno representante de la NSPCC declaró que “lo ocurrido con Isaac es uno de más de los numerosos ataques que suceden a lo largo del día. Estamos hablando de un juego que es jugado por millones de usuarios, en especial niños. La seguridad online es el mayor desafío al que nos enfrentamos en el siglo 21. Internet es la puerta de entrada para todo tipo de criminales y el lugar en el que cientos de ataques a niños tienen lugar al año”; concluye.

Mantener a raya a nuestros hijos con las tarjetas de crédito

Con el avance de las tecnologías, tener una tarjeta de crédito es cada vez un peligro mayor. No queremos asustar a nadie pero no han sido pocos los casos de padres despreocupados que se han encontrado con un gasto de cientos o miles de euros en su tarjeta bancaria.

Tarjetas de crédito
Tarjetas de crédito | Sean MacEntee

Gastar dinero en Internet es muy fácil; y las consolas de videojuegos disponen de tiendas en línea en las que poder comprar de todo. Pero, ¿cómo podemos evitar que nuestro hijo use la tarjeta de crédito para comprar videojuegos?

La primera de las recomendaciones es tener siempre apartada la tarjeta de crédito de nuestro niño o niña. Ya no sólo es porque pueda comprar videojuegos en las consolas; es que hasta podría comprar cualquier cosa o caer en cualquier timo desde un móvil o un ordenador.

Otra recomendación muy importante es configurar el control parental en las consolas, smartphones, ordenadores y tablets para que nuestro hijo no pueda, por ejemplo, acceder a las tiendas en línea o acceder a Internet.

Niños jugando
Niños jugando | Flickr

Mientras aún es muy menor, lo aconsejable es que nuestro hijo navegue por Internet únicamente bajo nuestra supervisión; pero con el tiempo tendremos que cederle acceso de forma privada, por lo que en ese intervalo de tiempo tenemos que ser capaces de advertirle lo suficientemente bien de los peligros de Internet.

Por lo general, los hijos no suelen emplear una tarjeta de crédito para comprar videojuegos, pero evitar los riesgos es también nuestra responsabilidad. Hay que recordar que una vez gastado el dinero, es muy difícil recuperarlo, por lo que más vale prevenir que curar.

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