5 hechos sobre videojuegos que arruinarán tu infancia

La PlayStation original iba a ser una consola de Nintendo. Especialmente cuando salió la primera PlayStation, las "peleas" entre fans de Nintendo y PlayStation eran un tanto frecuentes; pero lo que no sabían muchos es que precisamente PlayStation vino a raíz de una fallida colaboración del gigante tecnológico Sony con Nintendo. De haberse realizado, Nintendo no vendería las consolas, pero igualmente probablemente no tendría tampoco la competencia que tuvo más tarde.

GoldenEye 007 casi llega sin modo multijugador. Quién lo diría. Uno de los modos multijugador mejor recordados de la época de los 90 estuvo a punto de no existir. Y es que este no se empezó a crear hasta seis meses antes de su lanzamiento final, y además, se empezó a crear sin el consentimiento de Rareware ni de Nintendo.

Conseguir a Mew en Pokémon Rojo, Azul y Amarillo sí era posible. Muchos lo intentamos una y otra vez... y nada, no había forma de conseguir a Mew en Pokémon. Claro está que era otra época en la que la información por Internet no era demasiada, pero la posibilidad de conseguir a Mew existía, eso sí, forzando un glitch del juego al realizar una serie de acciones muy concretas.

Super Mario Bros. no fue el primer juego de Mario. Los orígenes de Mario se remontan a una época anterior a la de la NES. la primera aparición de Mario fue en el juego Donkey Kong para recreativas. De aquella Mario era un carpintero y recibía por nombre Jumpman. Pero aún más tarde llegaría el juego Mario Bros., sin el "Super" encabezando el título. Este Mario Bros. se basaba únicamente en derrotar enemigos que iban saliendo de las tuberías y lograr la máxima puntuación posible.

Sonic The Hedgehog estaba inspirado en Super Mario Bros. Los dos iconos de los videojuegos protagonizaron en los años 90 una disputa por ver cuál de los dos ofrecía mejores títulos; pero el caso del puercoespín fue póstumo a la aparición del fontanero. Y es que el creador de Sonic, Yuji Naka, tomó inspiración en el juego de Mario, aunque él estaba acostumbrado a pasarlo a velocidades de vértigo.