5 juegos que demuestran que los videojuegos son arte

Portal 2

Se menciona siempre a Half-Life 2 como la obra cumbre de Valve, pero no siempre ha sido así. Portal 2 reúne todos los elementos para ser considerado un producto de arte. Para empezar contiene un guión elaborado, un diseño artístico minimalista y bello a partes iguales. A todo ello hay que sumar la complejidad de sus puzzles que se convierten en el motor de la jugabilidad. En definitiva, Portal 2 es uno de esos videojuegos que todos debemos probar una vez al menos en la vida, independientemente de nuestros gustos y géneros favoritos, e inclusive edad.

Bioshock

Bioshock es uno de esos videojuegos que cuida hasta el último detalle. La banda sonora, la estética, el argumento, marcar los tiempos para los giros de guión pero también una jugabilidad que pone al jugador en diferentes situaciones en las que puede improvisar como le venga en gana. ¿Se puede pedir más? Larga vida a Rapture.

The Legend of Zelda: Majora’s Mask

Grave error pensar que las obras de Nintendo están exentas de madurez y cuyo enfoque es exclusivamente para niños. The Legend of Zelda: Majora’s Mask echó por tierra esas palabras o pensamientos. La franquicia dio un salto en madurez con una aventura en la que a nivel artístico parecía que estábamos ante una obra a veces que se escapaba de Dalí y otras se disfrazaba del Bosco. Su trama, cargada de épica, ahondaba más en los miedos de un pueblo que veíamos como poco a poco se consumía hasta el últimos de los días del fin del mundo.

The Legend of Zelda: Ocarina of Time

Otro de los episodios de la aclamada franquicia de Nintendo que no podía faltar en esta ocasión con su entrega más épica. Hablamos de Ocarina of Time, y es que The Legend of Zelda se abrió ante los ojos de millones de jugadores, y no tan jugadores, con una aventura que parecía sacada de un cuento de hadas. Se conservaban clichés, vale; pero el resultado era, y sigue siendo, espectacular.

Rocket League

¿Necesita un videojuego tener una profunda historia para considerarse arte? Para nada. ¿Y un currado y trabajado apartado artístico? Tampoco. Rocket League ha conseguido romper esquemas y todo tipo de trabas en la industria con una idea tan sencilla, como adictiva y que busca algo que no todos los títulos pueden decir: Diversión. Con esta pauta Psyonix ha demostrado que un planteamiento tan simple como el de enfrentar a vehículos en un partido de fútbol puede ser una de las mejores ideas que le han pasado a la industria dados los resultados.