El día que Super Mario perdió el empleo

Puede que muchos siempre hayan tenido a Super Mario como un fontantero, pero el personaje más famoso de Nintendo no siempre ha estado entre tuberías y alcantarillas. El que ya es un icono de la cultura pop ejerció otra profesión, una que quizás para muchos haya pasado desapercibida.

Tenemos que remontarnos a 1981, la compañía japonesa apenas llevaba unos años en el desarrollo de videojuegos, pero fue hasta con Donkey Kong cuando ésta comenzó a labrarse un gran nombre en la industria. La propuesta era bien sencilla: rescatar a nuestra amada novia de las garras de un malvado mono gigante. Saltar y esquivar todos y cada uno de los objetos que el animal nos lanzaba hasta alcanzar a la chica era la premisa jugable, tan sencilla como adictiva.

En lo que nadie caería hasta muchos años después es que el protagonista de Donkey Kong se trataba de nada más y nada menos que Mario, aunque denominado Jumpman. Para añadir algo más de trasfondo al personaje, Nintendo decidió otorgarle una profesión: fontanero. El éxito del personaje fue tal, que Jumpman eclipsó por completo a Donkey Kong.

Llegó 1985, año en el que Nintendo publicaría Super Mario Bros, la aventura protagonizada por aquel carpintero que dejó su empleo para convertirse ahora en fontanero, saltar entre tuberías y acabar con malvadas tortugas para ahora liberar a la princesa de las garras de Bowser. La acogida no pudo ser más positiva. Millones de copias vendidas desde entonces, multitud juegos basados en el personaje a lo largo y ancho de las diferentes consolas de Nintendo han dejado un legado que a día de hoy no hace más que crecer.

Un personaje con estrella

El éxito de Super Mario es tal que ha trascendido más allá del mundo de los videojuegos. Tal y como reveló una encuesta realizada en Estados Unidos, Super Mario es mucho más conocido entre los niños americanos que el propio Mickey Mouse. Datos que sin duda sorprenden por el bagaje del ratón con respecto al del fontanero de la Gran N.

En cualquiera de los dos casos estamos hablando de dos de los iconos más importantes entre los más jóvenes. ¿Os imagináis por un momento que ambas compañías accedieran a trabajar juntas? En cierta manera eso fue justamente lo que ocurrió a principios del siglo XX con Hiroshi Yamauchi. El que fuera uno de los responsables de Nintendo consiguió hacerse con la licencia de Disney y así publicar cartas Hanafuda basadas en sus personajes.